El NICE sigue a lo suyo, que es la publicación de guías de práctica clínica que se convierten en una referencia por su (habitual) calidad. En este caso, sobre la ¿enfermedad? de moda. Una guía tan esperada, como necesaria cuyo objetivo es orientar el abordaje de la prevención y manejo del sobrepeso, obesidad y adiposidad central en niños, jóvenes y adultos, haciendo hincapié en un enfoque multidisciplinar. Como sabes, por estos lares siempre recomendamos evaluar una guía antes de pensar, siquiera, en utilizarla. Y eso hemos hecho, con la ayuda de la IA que últimamente se ha convertida en nuestra fiel escudera. A continuación te mostramos los resultados del tecnoagree, destacamos los aspectos más sobresalientes incluyendo, claro está, sus recomendaciones y todo ello aderezado del habitual comentario. Comenzamos.
Evaluación crítica de la guía Como puedes apreciar a continuación la puntuación obtenida en cada uno de los dominios evaluados es muy elevada, lo que es indicativo de un proceso de redacción transparente basado en una metodología adecuada.
Tratamiento farmacológico Por razones de espacio nos vamos a centrar en los medicamentos en adultos, partiendo de las siguientes premisas recogidas en la guía:
1.- Las distintas opciones farmacológicas disponibles (liraglutida, orlistat, semaglutida y tirzepatida) deben tenerse en cuenta tras iniciar y evaluar los aspectos dietéticos, de ejercicio y conductuales.
2.- Los detalles sobre las condiciones de uso de estos medicamentos se incluyen en una tabla y las recomendaciones de uso quedan referidas a los documentos previos publicados por el NICE (hacer click en los enlaces de cada uno de los medicamentos recogidos más arriba).
3.- La prescripción de liraglutida y semaglutida queda restringida a servicios especializados en el tratamiento del sobrepeso y la obesidad. Orlistat y tirzepatida pueden ser prescritos también en atención primaria.
4.- El tratamiento farmacológico debe usarse junto a una dieta hipocalórica y con un aumento de la actividad física.
5.- La decisión de comenzar el tratamiento farmacológico debe tomarse de forma compartida.
6.- Junto a la prescripción, debe organizarse la información, apoyo y asesoramiento dietético, de actividad física y estrategias de comportamiento, proporcionando información sobre los programas de apoyo a los pacientes existentes.
7.- Otros aspectos importantes incluyen: monitorizar la adherencia, ofrecer ayuda para mantener la pérdida de peso a las personas que abandonen el tratamiento, tener en cuenta que dicha pérdida es más lenta en diabéticos o que puede ser necesario ajustar la ingesta de micronutrientes.
8.- El tratamiento debe interrumpirse si transcurridos 6 meses el paciente no ha perdido al menos el 5% del peso inicial (12 semanas con liraglutida).
Comentario Actualmente en España el Sistema Nacional de Salud financia la semaglutida y la liraglutida como antidiabéticos, no como fármacos específicamente dirigidos al tratamiento del sobrepeso/obesidad. Por ello, la prescripción queda sometida a validación previa a la dispensación en la oficina de farmacia. Muchas prescripciones provienen de los médicos de familia y se realizan a instancias suya o de los pacientes. Otras tantas se realizan sin financiación, porque (acertadamente) las farmacias exigen la receta para la dispensación. Otras más se consiguen, no lo olvidemos, en un (floreciente) mercado ilegal. A todo lo anterior, le sumamos que la atención primaria no está actualmente orientada a la prevención y el tratamiento de este problema de salud. No se dispone (por lo general) de dietistas/nutricionistas. Ni de profesionales que orienten, promuevan y monitoricen la actividad física. En los hospitales, más de lo mismo. Sumemos a todo lo anterior las listas de espera, los problemas de accesibilidad de todo tipo (no digamos a la Salud Mental) y la conclusión que sacamos es que se está mirando para otro lado. Todos miramos para otro lado.
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