En junio de 2024, la Asociación Americana de la Diabetes identificó los resultados de algunos ensayos clínicos (SELECT, FLOW, STEP-HFpEF y STEP-HFpEF-DM) como los principales avances clínicos del año. No es sorprendente que los cuatro ensayos evaluaran los agonistas del receptor del péptido similar al glucagón 1 (GLP-1RA) como intervenciones centrales en poblaciones con diabetes. Los GLP-1RA, una clase de medicamentos que imitan los efectos de la hormona GLP-1, ayudan en la regulación del azúcar en la sangre, la pérdida de peso y la mejora de la salud metabólica, lo que los hace eficaces para el tratamiento de la diabetes y la obesidad. El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido ha propuesto que proporcionar inyecciones para bajar de peso a las personas desempleadas que viven con obesidad podría ser beneficioso tanto para la economía como para la salud pública. Esta decisión fue recibida con algunas críticas, incluyendo comentarios de que el gobierno estaba estigmatizando a las personas desempleadas y reduciéndolas a su valor económico1. Dejando a un lado las críticas, existen otras deficiencias asociadas con la disponibilidad generalizada de estos medicamentos, como los limitados datos de ensayos clínicos de poblaciones heterogéneas que reflejan la verdadera composición de la sociedad. Aunque la seguridad y la eficacia de una amplia variedad de GLP-1RA se han evaluado en grandes ensayos clínicos, existe un déficit de datos de buena calidad sobre personas jóvenes y mayores, así como sobre personas que no son de ascendencia europea. Esto plantea la cuestión de si es el momento adecuado para pasar de un enfoque generalizado a un enfoque basado en la precisión en el tratamiento de la obesidad.