martes, 19 de noviembre de 2024

La semFYC, en el Día Europeo del Uso Prudente de Antibióticos: Recomendaciones clave para el manejo racional de infecciones en personas mayores.

 https://www.semfyc.es/

“El conjunto de facultativos debe tener en cuenta que la inmuno senescencia no justifica la prescripción preventiva de antibióticos en personas ancianas ante el riesgo de desarrollo de complicaciones de procesos víricos”, así de contundente y conforme a la evidencia se manifiestan desde el Grupo de Trabajo en Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), en el contexto del Día Europeo del Uso Prudente de Antibióticos, que se conmemora hoy. En este marco, lanza un conjunto de recomendaciones dirigidas específicamente al manejo racional de infecciones en personas mayores. Este documento aborda, desde una perspectiva basada en la evidencia, la necesidad de prevenir el uso inadecuado de antibióticos para reducir la resistencia antimicrobiana, mejorar los resultados clínicos y proteger la salud de esta población vulnerable.
 
El aumento indiscriminado de la prescripción de antibióticos de amplio espectro, particularmente en personas mayores, plantea serios riesgos para la salud pública. Este grupo poblacional, que suele presentar infecciones con síntomas atípicos y coexistencia de comorbilidades, enfrenta mayores tasas de efectos adversos y complicaciones asociadas al uso innecesario de antimicrobianos. En este contexto, el documento de la semFYC ofrece un enfoque integral para minimizar estos riesgos mediante una estrategia de manejo responsable y ajustado a las características clínicas de cada caso.
 
El documento subraya la importancia de entender que a partir de los 65 años, aproximadamente,  hay  “mayor riesgo de condiciones de salud relacionadas con la edad, aunque esto no necesariamente implica una pérdida significativa de funcionalidad o independencia”. Pero, además, a medida que se envejece se ha de tener en cuenta la mayor incidencia de fragilidad, dependencia funcional y requerimientos de cuidados más complejos, por ello “resulta esencial adaptar las estrategias clínicas y terapéuticas a las particularidades de este grupo poblacional, asegurando un abordaje más eficaz y adecuado a sus necesidades específicas”, explica el documento.
 
Evitar el uso intuitivo y reducir la pauta
El documento reflexiona sobre las prácticas clínicas  en las consultas médicas de los distintos niveles asistenciales del Sistema Nacional de Salud, así como en los entornos de residencias geriátricas. La percepción en todos los entornos es  que “las infecciones en mayores suelen presentarse con manifestaciones atípicas, como deterioro funcional o mental sin fiebre ni otros signos clásicos de infección, y suele iniciarse el tratamiento sin un diagnóstico claro”. Para el Grupo de Trabajo en Enfermedades Infecciosas “iniciar tratamientos empíricos sin un diagnóstico claro no solo puede ser ineficaz, sino también peligroso”. El documento enfatiza la necesidad de un diagnóstico riguroso antes de recurrir a antibióticos.
 
Las pautas largas de prescripción también son el foco de su análisis y de hecho se hace hincapié en la evidencia sustentada por “estudios recientes que destacan que los tratamientos más cortos (≤7 días) son igual de efectivos que pautas prolongadas en infecciones comunes, como neumonías o infecciones urinarias, y reducen los efectos adversos y el riesgo de resistencia”.
 
Desde un punto de vista clínico y en base a la evidencia el documento también analiza qué tipo de antimicrobiano debería administrarse en cada caso.
 
Manejo de infecciones específicas
Más allá de prescripciones específicas, el Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la semFYC señala tres situaciones  clínicas en las que, específicamente en colectivos de personas ancianas, se debe ser especialmente cauteloso  al prescribir fármacos antimicrobianos.

  1. En cuanto al manejo de las infecciones, es importante destacar que en el caso de las infecciones respiratorias, como la bronquitis aguda, la mayoría de las veces de origen viral, no se recomienda el uso de antibióticos salvo en situaciones donde haya complicaciones bacterianas confirmadas.
  2. Respecto a las infecciones urinarias, el tratamiento de la bacteriuria asintomática en personas mayores que no utilizan sonda urinaria resulta innecesario y puede contribuir al desarrollo de resistencias antimicrobianas. Asimismo, el uso profiláctico de antibióticos durante los cambios de sonda urinaria no está indicado en ausencia de infección activa.
  3. Por otro lado, en el manejo de las úlceras por presión, el uso de antibióticos debe limitarse exclusivamente a casos en los que existan signos claros de infección sistémica, mientras que las úlceras colonizadas sin infección activa deben tratarse mediante cuidados locales, como limpieza adecuada y desbridamiento.

El documento resalta que el uso prudente de antibióticos implica priorizar tratamientos dirigidos y ajustar las decisiones terapéuticas a las características específicas de cada paciente, promoviendo alternativas no farmacológicas cuando sea posible.
 
 

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