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El papel del manejo no farmacológicas para mejorar la atención de la IC sigue siendo subestimado, se subutiliza y requiere enfoques multimodales. 
La dieta, el ejercicio y la rehabilitación cardíaca, los trastornos respiratorios del sueño, los trastornos del estado de ánimo y los trastornos por consumo de sustancias son objetivos potenciales para reducir la morbi-mortalidad y mejorar la función de los pacientes con IC. 
Por cada aumento de 60 min/semana en la actividad física, se reduce 35% riesgo de mortalidad por todas las causas.
El apoyo nutricional guiado por dieta reduce significativamente la mortalidad en la IC.
Beneficios del entrenamiento físico: VO² pico mejorada, mejora metabolismo, mejora fuerza y masa muscular, 
gasto cardíaco máximo, función endotelial y autonómica mejorada, mejora calidad de vida
, tasas de re-
reducidas, 
supervivencia mejorada.
La prevalencia estimada de depresión en la IC es del 20-30%.
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