Según la documentación consultada, los antipsicóticos son una de las opciones de potenciación del tratamiento con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) cuando estos no son eficaces en el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). En general, por su perfil de efectos secundarios, se prefiere el uso de antipsicóticos de segunda generación, siendo aripiprazol y risperidona los más efectivos.
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