Impedir
La prevención de los EAEPOC es importante porque contribuyen a un deterioro de la función
pulmonar, a un estado de salud deficiente y a una mayor susceptibilidad a la
exacerbación repetida, lo que se traduce en un aumento de la morbilidad y la
mortalidad.
Para reducir
el riesgo de EPOC:
- Fomentar el abandono del hábito
de fumar
- Fomentar medidas para
prevenir infecciones respiratorias, como la vacunación, el
lavado de manos y el uso de mascarillas
- Derivar para rehabilitación
pulmonar (para pacientes con una alta carga sintomática y riesgo de
EPOC)
- Optimizar la terapia
farmacológica
Evaluar
Esté atento a las señales de advertencia de un brote de EPOC, que incluyen:
- Aumento inusual de la
dificultad para respirar
- Aumento de la tos
- Aumento de la cantidad, el
grosor o la pegajosidad de la flema (también puede ser un cambio de
color)
- Fatiga extrema
Excluir
En pacientes con sospecha de exacerbación de la EPOC,r ude los factores de
confusión o contribuyentes:
- Neumonía
- Embolia pulmonar
- Insuficiencia
cardíaca
- COVID-19
- Menos frecuentes: neumotórax,
infarto de miocardio, artritis cardíaca
Tratar a tiempo
- Proporcionar a
los pacientes un plan de acción para la EPOC con educación
para el autocontrol para que puedan reconocer los signos de una
EPOC y buscar tratamiento temprano (idealmente dentro de las 48 horas), lo
que reduce la hospitalización.
- Aconseje a los pacientes que
llamen o visiten a un médico si los síntomas persisten o empeoran después
de 48 horas a pesar del tratamiento iniciado por el
paciente.
Elegir un tratamiento
adecuado en el manejo de la EACOPD:
- Continuar con la terapia actual
del paciente para la EPOC (que puede incluir broncodilatadores de acción
prolongada con o sin CSI)
- Aumentar la dosis de SABD
(preferiblemente SABA; agregue SAMA si no mejora rápidamente en
SABA)
- Considere un ciclo
de corticosteroides sistémicos*.
- Agregue antibióticos* si el
paciente tiene un aumento de la purulencia del esputo con un aumento del
volumen de esputo y/o un aumento de la disnea. La elección del antibiótico
debe basarse en los patrones de resistencia local, las comorbilidades, el
volumen y la purulencia del esputo, y los antecedentes de uso de
antibióticos en los últimos 3 meses.
* Oral o intravenoso si no puede tomar medicamentos orales. Por lo general, se prefiere un curso de 5 días.
¿Cuándo se puede tratar a un paciente como paciente ambulatorio y cuándo se
requiere atención hospitalaria?
Las posibles indicaciones para la hospitalización incluyen:
- Síntomas graves como disnea en reposo, frecuencia respiratoria elevada, disminución de
la saturación de oxígeno, somnolencia y confusión
- Insuficiencia respiratoria
aguda
- La aparición de nuevos signos
físicos (edema periférico)
- Falta de respuesta al
tratamiento médico inicial
- Presencia de comorbilidades
graves (insuficiencia cardíaca, nuevas arritmias, etc.)
- Apoyo insuficiente en el hogar
Seguimiento después de una
exacerbación
Seguimiento dentro de las dos a cuatro semanas posteriores al alta
hospitalaria y nuevamente a los tres meses. Remita a rehabilitación
pulmonar tan pronto como sea posible después del alta (idealmente los pacientes
deben comenzar el programa dentro de un mes después del alta).
En cada seguimiento, evalúe lo
siguiente:
- Capacidad para hacer frente a
su entorno familiar habitual
- Capacidad para comprender su
régimen de tratamiento
- Técnica del
inhalador
- Carga sintomática actual a
través de CAT o mMRC
A los tres
meses de seguimiento:
- Medir la espirometría: una
disminución en el FEV1 se puede rastrear fácilmente mediante la
espirometría cuando se realiza a intervalos regulares (generalmente
anualmente) para identificar a los pacientes que están disminuyendo.
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