https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/
La resolución del edema requiere una interpretación correcta de la función renal relacionada con los líquidos corporales, para excretar el exceso de volumen mientras se restablece la hemodinámica sistémica y se evita la insuficiencia renal. En la insuficiencia cardíaca, la diuresis intensiva debe ir acompañada de una realimentación continua de líquidos desde el intersticio al plasma, evitando la depleción del volumen central. La ascitis que se reabsorbe lentamente no puede realimentar este volumen contraído en la cirrosis: la consiguiente activación de los receptores intratorácicos, acompañada de un aumento de la liberación de adrenérgicos y renina, provoca una retención más ávida de sodio, lo que produce un equilibrio positivo de líquidos y Na ante el tratamiento continuo. Las dosis altas de furosemida crean un defecto en el Na tubular que causa una diuresis adecuada para excretar la carga diaria de agua y electrolitos en la insuficiencia renal crónica. El tratamiento con diuréticos requiere cuidado, precaución y "trucos" de cabecera destinados a minimizar la contracción de volumen mediante la evaluación correcta del sistema homeostático de los fluidos corporales y la hemodinámica renal relacionada.
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