Los corticosteroides inhalados (CSI) reducen el riesgo de exacerbaciones moderadas a graves tanto en pacientes con exacerbaciones frecuentes como en pacientes con asma concomitante y pueden mejorar los síntomas y la calidad de vida de algunos pacientes. Los CSI reducen la inflamación de las vías aéreas, principalmente cuando se administran asociados a los agonistas β2. Sin embargo, en ocasiones los CSI se prescriben en pacientes con bajo riesgo de exacerbaciones, lo que no se ajusta a las recomendaciones de las guías actuales.
El uso regular de los CSI se asocia con un incremento dosis-dependiente del riesgo de neumonía; otros efectos relacionados con el uso de CSI son el incremento de riesgo de diabetes y de fractura. Entre los pacientes con mayor riesgo de neumonía se incluyen: aquellos que continúan fumando actualmente, edad > 55 años, antecedentes de exacerbaciones previas o neumonía, un IMC<25 kg/m2, peor puntuación en la escala de disnea (mMRC) y/u obstrucción severa del flujo aéreo.
Los eosinófilos en sangre son biomarcadores inflamatorios que ayudan a identificar a los pacientes que con más probabilidad se puedan beneficiar de los CSI. Los pacientes con recuento de eosinófilos < 100/µL es poco probable que respondan favorablemente a los CSI.
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