miércoles, 11 de enero de 2023

(AEPap) Infecciones por mycoplasma pneumoniae. Cuadros clínicos frecuentes, técnicas de diagnóstico y tratamiento antibiótico.

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Introducción / puntos clave

Mycoplasma spp es uno de los cinco géneros incluidos dentro de la clase Mollicutes. Mycoplasma pneumoniae (Mp) es, junto a Mycoplasma hominis y M. genitalium, una de las 3 especies que pueden causar infecciones en humanos, con una distribución universal1.

En niños, Mp es una causa frecuente de procesos febriles y respiratorios, tanto de vías altas como neumonías de adquisición comunitaria y junto a S. pneumoniae es el principal agente etiológico de neumonía bacteriana adquirida en la comunidad (NAC) en escolares y adolescentes. Más infrecuentemente, puede afectar al sistema nervioso central, al corazón y al aparato locomotor2.

El período de incubación de las infecciones por Mp es de unas 3 semanas y presenta una alta transmisibilidad por contacto estrecho a través de gotitas respiratorias gruesas, por lo que puede producir brotes intrafamiliares y en comunidades cerradas (colegios, guarderías, residencias de estudiantes…). Desde que se dispone de técnicas moleculares, se describen tasas muy variables en niños de portadores asintomáticos de Mp en las secreciones respiratorias (17-25%).

El mecanismo por el que Mp produce la infección parece estar en relación tanto con efectos directos de la bacteria, como indirectos inmunomediados y por la presencia de vasculitis secundarias a la respuesta inflamatoria. La inmunidad en respuesta a la infección no es duradera y, aunque la IgG se puede mantener positiva largos períodos de tiempo, las reinfecciones a lo largo de la vida son frecuentes3.

Las manifestaciones clínicas son muy variables. Son frecuentes la tos (inicialmente seca y no productiva), el malestar general, la fiebre y la cefalea.  Muchos pacientes asocian manifestaciones extrapulmonares (exantemas, afectación articular o del sistema nervioso central, alteraciones hematológicas y síntomas digestivos), posiblemente secundarias más a mecanismos inmunomediados que a lesión directa del microorganismo4.

Tanto los resultados de la analítica sanguínea, como los hallazgos radiológicos son inespecíficos y, en general, no se recomienda realizar estudios microbiológicos de rutina para el diagnóstico de infección por M. pneumoniae en pacientes sanos con cuadros que no requieran ingreso.  Sólo estaría indicado el diagnóstico etiológico en el estudio de brotes institucionales, pacientes inmunodeprimidos, con comorbilidad subyacente y pacientes con cuadros graves o mala respuesta al tratamiento antibiótico.

Para el diagnóstico de infección aguda por Mp, los métodos moleculares (PCR multiplex de detección de Mp y otros patógenos respiratorios en una muestra única) se consideran de elección por su mayor rapidez, sensibilidad y la posibilidad de detectar simultáneamente otros patógenos respiratorios.  La serología es una alternativa razonable, con el inconveniente de precisar dos muestras de suero, en fase aguda y de convalecencia a las 2-4 semanas para demostrar la seroconversión (incremento ≥4 en el título de IgG entre las dos muestras de suero) por lo que es poco útil en la práctica clínica durante la fase aguda de la infección. La combinación de ambos métodos (moleculares y serológicos) obtiene los mejores resultados para el diagnóstico de infección y diferenciarlo de colonización.

Dado que la mayoría de los pacientes sanos con infecciones por Mp, que no requieren ingreso, evolucionan favorablemente aún sin tratamiento dirigido, no hay una clara evidencia de que el tratamiento antibiótico sea necesario, salvo en pacientes ingresados, cuadros graves, o en niños con inmunodepresión o comorbilidad.

Mp, carece de pared celular, lo cual le hace resistente a los antibióticos betalactámicos, siendo los macrólidos los antibióticos de elección para su tratamiento. Se han descrito tasas de resistencia variable a macrólidos a nivel mundial; en estos casos la doxiciclina y las fluorquinolonas son las principales alternativas terapéuticas.

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