Una publicación muy pertinente la de esta semana (STEP 3), después de las noticias recurrentes de desabastecimiento o dificultad para encontrar disponibilidad de algunos fármacos ar-GLP1. Los buenos resultados de estas moléculas, la seguridad y buena tolerancia percibida por los propios usuarios y especialmente lo que puede implicar en términos de calidad de vida y bienestar, pérdidas de peso tan significativas como las que veremos, explican en gran medida el éxito de estos fármacos.
Se antoja necesario como profesionales sanitarios conocer los principales estudios que respaldan el uso de los mismos, así pues, continuamos con la familia de estudios STEP que investiga la aplicación de semaglutida en población con sobrepeso y determinados factores de riesgo cardiovascular asociados. En esta ocasión presentamos el ensayo STEP 3.
Nuevamente una importante publicación (JAMA, año 2021) en la cual se investiga el efecto de la semaglutida 2,4 mg sc una vez a la semana frente a placebo, en pacientes con obesidad ( peso medio 105 kg; IMC medio 38; edad media 46 años y predominantemente sexo femenino) y en esta ocasión SIN diabetes.
611 pacientes aleatorizados 2:1 ( 407 al grupo semaglutida y 204 al grupo placebo), todos ellos con una dieta baja en calorías (1200 kcal/día), prescripción de ejercicio físico 5 veces por semana y un estricto programa de seguimiento durante las 68 semanas que duró el estudio.
El objetivo primario del estudio fue la pérdida de peso (más del 5% y más del 10% al final del seguimiento, siendo este matiz muy importante al tratarse de un seguimiento superior a los 5 años y siendo conocido por todos la importancia de mantener una pérdida de peso significativa en el tiempo). Los beneficios del fármaco fueron claramente significativos (reducción del peso medio -16% con semaglutida frente al 5,7% con placebo; p<0,001, datos incluso más llamativos en kilogramos, con una pérdida media de 16,8 kg en el brazo de semaglutida ) y generalizables a todos los pacientes tratados con el medicamento (más del 85% de los pacientes tratados perdían más de un 5% de peso y el 75% llegaba incluso a perder más de 10 kg al final del seguimiento), figura 1.
Figura 1: Pérdida de peso objetivada con la molécula Semaglutida y su persistencia a lo largo del seguimiento, hasta completar las 68 semanas del estudio.
Además, y por ello es importante conocer y analizar este tipo de estudios, lógicamente los pacientes obesos mejoraban sus cifras de tensión arterial, con una pérdida media de 3,9 mmHg; el perímetro abdominal, -8,3 cm; y calidad de vida (cuantificado con el cuestionario SF-36).
En cuanto a la seguridad y efectos secundarios, el 5,9% de los pacientes tratados con el arGLP-1 tuvo que suspender el tratamiento frente al 2,9% del brazo placebo. Entre estos y como es sabido, destacaron las náuseas y vómitos durante las primeras semanas.
Como conclusión personal, quizás debamos pensar, que ha llegado el momento de asumir la obesidad como una auténtica enfermedad, responsable y consecuencia a su vez, de gran parte de las patologías o demandas más habituales en nuestro medio (mal control de los factores de riesgo, sedentarismo, cardiopatía isquémica, accidentes cerebrovasculares, diabetes tipo 2, …). La aparición de nuevos fármacos para estos enfermos, abre un amplio horizonte de estrategias y opciones que deberán ir implementándose en los próximos años para tratar de frenar la pandemia actual que supone la obesidad en nuestro entorno.
Referencias:
Comentario del Dr. David González Calle
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