Según la documentación consultada, en el paciente con demencia el uso de antipsicóticos debería restringirse a aquellas situaciones con síntomas graves que supongan un riesgo para el paciente o terceros o causen al paciente una angustia grave, debiéndose discutir con el paciente o la familia y cuidadores el riesgo que llevan asociados. El antipsicótico debería elegirse en función del tipo de demencia, síntomas presentes y perfil de efectos secundarios, siendo de elección los antipsicóticos de segunda generación. Estos fármacos deberían iniciarse a dosis bajas, y utilizarse a la menor dosis eficaz, precisando un seguimiento de su efectividad y vigilancia de aparición de efectos secundarios. En caso de insuficiencia renal, algunos pueden precisar ajuste de dosis e intervalos de administración más prolongados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario