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La enfermedad renal crónica (ERC) se ha convertido en uno de los problemas principales de salud pública a nivel mundial en las últimas décadas. Su detección precoz se considera una prioridad sanitaria para establecer estrategias de prevención de la progresión a categorías avanzadas de la enfermedad y de las complicaciones cardiovasculares1 . El análisis de datos a nivel mundial ha revelado que cerca de 500 millones de adultos padecen ERC. En España, el estudio ENRICA estima la prevalencia de ERC en un 15,1%: en hombres un 23,1% y en mujeres un 7,3% y aumentó de forma marcada al aumentar la edad y con la agregación de factores de riesgo cardiovascular2 . Este incremento de riesgo de sufrir ERC en personas de edad avanzada con comorbilidad, obliga a promover recomendaciones de buen control y a monitorizar adecuadamente los fármacos que estén tomando dado que el grado de severidad de la ERC influye de manera importante en la farmacocinética de los mismos (absorción, distribución, metabolismo y eliminación)1 . Por tanto, en estos pacientes es importante aplicar recomendaciones sobre los tratamientos farmacológicos en cuanto a indicación, dosificación, pauta y monitorización, para garantizar su eficacia y evitar su nefrotoxicidad, sobre todo en los de eliminación renal. El objetivo de este boletín consiste en aportar pautas sobre manejo de fármacos en pacientes con función renal alterada. Los grupos farmacológicos incluidos son los de uso habitual en atención primaria.
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