La mala calidad de la dieta está fuertemente asociada con un riesgo elevado de morbilidad y mortalidad por enfermedades cardiovasculares. Esta declaración científica enfatiza la importancia de los patrones dietéticos más allá de los alimentos o nutrientes individuales, subraya el papel fundamental de la nutrición en las primeras etapas de la vida, presenta elementos de patrones dietéticos saludables para el corazón y destaca los desafíos estructurales que impiden la adherencia a patrones dietéticos saludables para el corazón. La guía de patrones dietéticos basada en evidencia para promover la salud cardiometabólica incluye lo siguiente: (1) ajustar la ingesta y el gasto de energía para lograr y mantener un peso corporal saludable; (2) comer abundantes y variadas frutas y verduras; (3) elija alimentos y productos integrales; (4) elija fuentes saludables de proteína (principalmente plantas; consumo regular de pescado y mariscos; productos lácteos bajos en grasa o sin grasa; y si desea carne o aves, elija cortes magros y formas sin procesar); (5) utilice aceites vegetales líquidos en lugar de aceites tropicales y grasas parcialmente hidrogenadas; (6) elija alimentos mínimamente procesados en lugar de alimentos ultraprocesados; (7) minimizar la ingesta de bebidas y alimentos con azúcares añadidos; (8) elegir y preparar alimentos con poca o ninguna sal; (9) si no bebe alcohol, no empiece; si elige beber alcohol, limite la ingesta; y (10) adherirse a esta guía independientemente de dónde se preparen o consuman los alimentos. Los desafíos que impiden el cumplimiento de patrones dietéticos saludables para el corazón incluyen la comercialización dirigida de alimentos no saludables, la segregación de vecindarios, la inseguridad alimentaria y nutricional y el racismo estructural. Crear un entorno que facilite, en lugar de impedir, el cumplimiento de patrones alimentarios saludables para el corazón entre todas las personas es un imperativo de salud pública.
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