Poco después de que la mirtazapina fuera autorizada en Canadá, un número de Therapeutics Letter de 2002 concluía que no presentaba una mejor eficacia o seguridad respecto a otros antidepresivos.1 La mirtazapina fue aprobada para el alivio sintomático de la enfermedad depresiva y se comercializó como una alternativa a los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), que habían dominado el mercado de los antidepresivos desde finales de 1980.2 Al igual que con todos los antidepresivos, se desconocen los mecanismos de acción. La mirtazapina inhibe los receptores adrenérgicos, serotoninérgicos, histaminérgicos y colinérgicos muscarínicos, lo que le distingue farmacológicamente de los tricíclicos, ISRS o inhibidores de la monoaminooxidasa. Este número actualiza la evidencia sobre la eficacia de la mirtazapina (tanto en monoterapia como en combinación con otros antidepresivos), la relación dosis-respuesta y los daños asociados a su uso.
"Las dosis superiores a 30 mg diarios producen pocos más beneficios pero aumentan los daños de forma importante"
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