SINDROME DE FRAGILIDAD
La fragilidad se caracteriza por una disminución de las capacidades funcionales, es decir, un aumento del riesgo de incapacidad. Afectando a la pérdida de la resistencia, mayor vulnerabilidad a eventos adversos (enfermedades, caídas...), y mortalidad.
. Esto puede conllevar a que las personas que lo padecen, sufran un gran riesgo de discapacidad. Lo que afecta a la dependencia de la persona y conlleve a una pérdida de autonomía.
. La fragilidad no se mide por edades, pero se acentúa en edades más avanzadas. Según diferentes autores un 10% de la población mayor de 65 años presenta el síndrome de la persona frágil, a lo que hay que añadir un 45% se sitúan en la pre-fragilidad.
. Se sabe que la prevalencia de la fragilidad aumenta con la edad, especialmente a partir de los 75 años. Sin embargo, resulta aún más evidente en personas que han llevado una vida sedentaria.
. Su prevención es de especial importancia y se debe de trabajar antes de sufrirlo. Para ello, se debe prevenir mediante la actividad física y la nutrición. En personas que ya lo padezcan, es aún más importante minimizar este síndrome de fragilidad mediante ejercicios a medida.
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