CONCLUSIONES
El tratamiento sintomático de elección en las crisis de migraña de intensidad leve-moderada son los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), reservando los triptanes para las crisis de intensidad moderada-grave. Los fármacos orales constituyen el tratamiento preventivo de primera línea, siendo los ß-bloqueantes de primera elección, junto con el topiramato. La toxina botulínica A se emplea en pacientes con migraña crónica que no han respondido a tratamientos preventivos orales. Los ACm constituyen una alternativa para la prevención de la migraña crónica o episódica en pacientes sin respuesta a los tratamientos anteriores, aunque presentan una eficacia modesta respecto a placebo y no hay estudios comparativos de eficacia con el resto de fármacos preventivos de primera línea.
Su seguridad y eficacia a largo plazo no han sido establecidas y su impacto económico es elevado. Las condiciones de financiación en España restringen su uso a una cuarta línea en la profilaxis de la migraña crónica o episódica de alta frecuencia.
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