RESUMEN:
Los estilos de vida saludable han demostrado reducir el riesgo de la incidencia de diabetes mellitus en un 58 %, retrasando su aparición entre 3 y 15 años. Se centran, principalmente, en una adecuada alimentación y la realización de ejercicio físico. La recomendación básica de una alimentación saludable comprende una adecuada adherencia a la dieta mediterránea; aumentar la ingesta de alimentos ricos en fibra con el fin de ralentizar la absorción de los hidratos de carbono; evitar aquellos alimentos considerados hidratos de carbono de absorción rápida, cualquier tipo de bebida alcohólica y las grasas saturadas y trans; y la disminución de la ingesta de sal.Respecto al ejercicio físico, se deben realizar 150 minutos a la semana de intensidad moderada, o bien 75 minutos de actividad física vigorosa, repartidos en al menos tres días a la semana. La fórmula ideal en cuanto al ejercicio físico es la combinación del ejercicio aeróbico y los ejercicios de fuerza, ajustados estos individualmente a cada paciente que guiemos en nuestras consultas.Como profesionales sanitarios debemos conseguir fomentar unos estilos de vida saludables y motivar a las personas con diabetes mellitus para que estos cambios favorables en su salud perduren para siempre, adaptándolos a cada etapa vital y sus circunstancias personales.
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