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La automonitorización de la glucemia capilar es uno de los componentes esenciales en el control de la diabetes y uno de los elementos indispensables de la autogestión de la enfermedad por parte del paciente.
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Debe utilizarse solamente cuando los pacientes y/o los profesionales a su cargo posean la capacidad y la voluntad de incorporar la supervisión de la automonitorización de la glucemia capilar y el ajuste del tratamiento a los planes de cuidado de la diabetes.
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Deben revisarse, al menos anualmente, las pautas de realización de las automediciones y de las modificaciones del tratamiento, así como los conocimientos y las habilidades necesarios para un correcto autocontrol, dentro de un programa de educación continuada.
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La frecuencia de las mediciones de la glucemia capilar debe individualizarse en función de las características específicas de cada persona con diabetes, del tratamiento pautado y del grado de control glucémico. También dependerá del nivel de educación sobre diabetes del paciente y/o la capacidad general de una persona para comprender los pasos básicos necesarios para realizar una automonitorización de la glucemia capilar.
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La automonitorización de la glucemia capilar es imprescindible para las personas con diabetes que reciben tratamiento con insulina. Por el contrario, no se recomienda su uso rutinario en pacientes no insulinizados.
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El uso apropiado de la automonitorización de la glucemia capilar estructurada facilita los cambios de tratamiento, mejora significativamente el control glucémico y reduce el riesgo de complicaciones asociadas a la diabetes.
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