jueves, 21 de enero de 2021

SEFAP. Medicamentos biosimilares, una oportunidad para la sostenibilidad.

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Los medicamentos biosimilares son medicamentos biológicos

Un medicamento biológico es aquel que contiene uno o más principios activos producidos o derivados de una fuente biológica: microorganismos, órganos o tejidos, células, sangre o plasma. Su introducción en terapéutica ha tenido un gran impacto en la prevención y tratamiento de algunas de las enfermedades crónicas y/o potencialmente mortales como la esclerosis múltiple, artritis reumatoide o el cáncer.

A diferencia de los medicamentos de síntesis química, los medicamentos biológicos se caracterizan por tener una estructura tridimensional compleja y un elevado peso molecular. Tanto esta complejidad como su forma de producción pueden provocar cierto grado de variabilidad en las moléculas de un mismo principio activo e incluso entre distintos lotes del mismo medicamento. Su proceso de fabricación es muy sensible y pequeños cambios en el mismo pueden dar lugar a diferencias mínimas en su estructura; de ahí que se suela decir que “el proceso es el producto”. Además y debido a esta variabilidad, los productos biológicos pueden presentar problemas de inmunogenicidad y por tanto, las agencias reguladoras además de pedir a la compañía comercializadora estudios de eficacia y seguridad clínica, exigen estudios que demuestren que el biosimilar no tiene problemas de inmunogenicidad.

Equivalentes en calidad, eficacia y seguridad

Los medicamentos biosimilares (o medicamentos biológicos similares) son medicamentos biológicos equivalentes en calidad, eficacia y seguridad a un medicamento biológico original (llamado producto de referencia), cuya patente ha caducado. 

La equivalencia entre ambos se establece mediante un exhaustivo “ejercicio de comparabilidad” (lo que incluye realizar estudios de calidad no clínicos y ensayos clínicos en los que se comparan con el medicamento de referencia) para poder demostrar que las leves diferencias fisicoquímicas existentes entre ambos productos no inciden en la eficacia, seguridad y calidad, aunque al igual que el medicamento de referencia, el biosimilar posee un grado de variabilidad natural. En cuanto a la inmunogenicidad, en el caso de los biosimilares, la normativa contempla que la inmunogenicidad del biosimilar y del producto de referencia debe ser comparada tanto in vitro como en ensayos clínicos ad hoc. 

Por otro lado, la posología y vía de administración deben ser las mismas que el medicamento biológico de referencia y se puede autorizar para todas, o algunas de las indicaciones aprobadas para el medicamento original.  La autorización de medicamentos biosimilares, en los países del Área Económica Europea (AEE), como España, está sujeta a un procedimiento centralizado y llevada a cabo por las agencias reguladoras: Agencia Europea del Medicamento (EMA) o la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).

La intercambiabilidad de los medicamentos biosimilares y biológicos de referencia

Respecto a si los medicamentos biosimilares son intercambiables con su medicamento de referencia la EMA no se posiciona y deja su regulación a criterio de los Estados miembros. En nuestro entorno los biosimilares se encuentran dentro de la lista de medicamentos no sustituibles por el farmacéutico y deben ser prescritos por su marca comercial. Sin embargo, en un entorno como el hospitalario, en el que la trazabilidad del medicamento es más sencilla, sí es posible el intercambio siempre de forma consensuada con el médico y que haya sido aprobado por la comisión farmacoterapéutica.

La entrada de nuevos medicamentos biosimilares es dinámica y continuada. Desde que en 2006 se aprobó en España el primer medicamento biosimilar (Omnitrope®, cuyo principio activo es la somatropina), se han autorizado 52 medicamentos biosimilares de 16 principios activos (adalimumab, bevacizumab, condroitín sulfato, enoxaparina sódica, epoetina alfa, epoetina zeta, etanercept, filgrastim, folitropina alfa, infliximab, insulina glargina, pegfilgrastim, rituximab, somatropina, teriparatida y trastuzumab) a fecha de la elaboración de esta entrada (enero 2021). 

En un primer momento, los primeros medicamentos biosimilares tenían su uso restringido al ámbito hospitalario. En el ámbito de la Atención Primaria iniciamos la andadura en el mundo de los biosimilares con la comercialización en octubre 2015 de Abasaglar® (biosimilar de la insulina glargina) seguida de las enoxaparinas biosimilares (Enoxaparina Rovi ® e Inhixa ®) y la teriparatida (Movymia ®, Terrosa ®, Livogiva ®). Aun así, actualmente el consumo de biosimilares todavía está muy centrado en los hospitales: en 2019 el consumo en envases respecto al total del principio activo fue un 92% en los hospitales y tan solo un 8% en las oficinas de farmacia.

Valor añadido de los biosimilares

Los medicamentos biológicos suponen un porcentaje importante del presupuesto en medicamentos. Por tanto, el principal valor añadido atribuible a la entrada de los biosimilares es la posibilidad de que un mayor número de pacientes acceda a tratamientos biológicos al ser inicialmente su coste menor y favorecer la competencia – por la reducción de precios de los medicamentos de referencia. Aunque la adopción de los medicamentos biosimilares en toda Europa ha sido más lenta y costosa de lo que sería deseable, la incorporación y utilización de los nuevos biosimilares supone una gran aportación a la sostenibilidad de los sistemas sanitarios.

Los biosimilares en Atención Primaria

En Atención Primaria hemos iniciado el camino, pero aún queda mucho por recorrer. Es importante  motivar a los prescriptores y darles formación y herramientas que fomenten la utilización de los biosimilares, ya que hacer el cambio de un biológico original a un biosimilar requiere determinación, disponibilidad de tiempo, reconocimiento y procedimientos establecidos. En este sentido, por ejemplo, en la Comunidad de Madrid y en Cataluña se han introducido indicadores para potenciar la prescripción de biosimilares. Nosotros como farmacéuticos de Atención Primaria tenemos una labor importante a nivel de la formación e información no sesgada a los profesionales sanitarios en relación a estos medicamentos.

Los biosimilares son una alternativa equivalente y más eficiente que los medicamentos biológicos de referencia. Su utilización contribuye a la innovación farmacéutica, la sostenibilidad del sistema sanitario público y favorece el acceso de los pacientes a las nuevas terapias biológicas. En Atención Primaria nos hemos iniciado recientemente en el uso de los biosimilares, pero aún queda mucho camino por recorrer y nosotros como farmacéuticos de AP podemos ayudar a la incorporación de los biosimilares colaborando en la formación de los profesionales sanitarios.

Entrada elaborada por Blanca Basagoiti Carreño y Ana Diez Alcántara, Farmacéuticas de Atención Primaria en la Dirección Asistencial Noroeste de Madrid. La publicación de esta entrada se ha realizado con carácter personal y no tiene por qué representar la posición de la organización en la que desarrollan su actividad profesional.

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