El tromboembolismo venoso, que incluye trombosis venosa profunda (TVP) y el tromboembolismo pulmonar (TEP), es el tercer trastorno cardiovascular más común y afecta hasta al 5% de la población durante su vida. La mayor sensibilidad de las modalidades de diagnóstico por imágenes ha más que duplicado las tasas de ingreso hospitalario por embolia pulmonar en los últimos 10 años, aunque la tasa de letalidad se ha mantenido estable o disminuido.
Se cree que la embolización de una TVP en la extremidad inferior hacia las arterias pulmonares es el mecanismo más común de embolia pulmonar. Los estudios de registro encontraron que hasta el 17% de los pacientes mueren dentro de los tres meses posteriores al diagnóstico de tromboembolismo venoso, aunque muchas de estas muertes pueden deberse a comorbilidades asociadas más que a una causalidad directa.
Se necesita una evaluación clínica cuidadosa para el diagnóstico de embolia pulmonar, ya que la presentación puede simular otras afecciones médicas comunes. Las puntuaciones de probabilidad clínica en combinación con la prueba del dímero D mejoran el uso y la interpretación de las imágenes de diagnóstico. El uso de la interpretación del dímero D ajustada por probabilidad clínica o ajustada por edad ha sido un importante avance en el diagnóstico de embolia pulmonar.
Varios scores de predicción de riesgo, biomarcadores séricos y anomalías en las imágenes, como la distensión ventricular derecha, pueden identificar a los pacientes con mayor riesgo a corto plazo de mortalidad por todas las causas. Esta revisión está dirigida a los médicos que atienden a pacientes con embolia pulmonar y a los investigadores interesados en los avances recientes en su tratamiento.
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