sábado, 18 de enero de 2020

Salud comunitaria. La desaparición de la Salud Pública.

Desde que asumí, en septiembre del año pasado, la responsabilidad como Director General de Salud Pública en Asturias me ha costado mucho escribir con cierta fluidez en el blog.
Soy bastante consciente de las palabras que digo o escribo, y desde donde las escribo ahora. Lo que me lleva a mantener bastante prudencia y respeto al hacerlo.

La Salud Pública podría tener un alto riesgo de desaparición. Aunque teniendo en cuenta que “salud pública” es un término muy amplio y que implica arte, ciencia, conocimiento y actuaciones precisaría un poco más: algunas de las estructuras administrativas e instituciones que se encargan de lo anterior -gestión, planificación, gestión, formación, investigación y práctica- de la salud pública podrían estar en riesgo de desaparición.

Hace unas semanas Javier Segura apuntaba a los cambios, nada favorables, que se están realizando en Madrid Salud. Estos días las compañeras y compañeros de la Escuela Andaluza de Salud Pública alertaban sobre una situación de riesgo para la Escuela Andaluza de Salud Pública. Sergio Minué narra muy certeramente en su blog la situación actual y la proposición de ley que se ha hecho en Andalucía. Sitúa perfectamente las implicaciones que tiene dicha proposición en términos de fusión, transformación, extinción y disolución.
Declarando previamente mi conflicto de interés -soy profesor asociado de la Escuela y mantengo un vínculo grande, profesional y personal, con muchas de las personas que allí trabajan y con el modelo que inspira el trabajo de la institución- mi opinión al respecto es bastante clara: la disolución de la Escuela es un fracaso enorme para la salud pública de Andalucía, de España y para la salud pública internacional. Incluso, sin haber entrado a fondo, posiblemente contradice varios de los puntos de la Ley 16/2011, de 23 de diciembre, de Salud Pública de Andalucía.
Soy totalmente partidario de optimizar nuestros recursos y evitar fragmentaciones, pero como muy bien señala Sergio en su post, la creación de esa nueva entidad extingue muchas de las funciones de la Escuela y lo que creo que es muy importante desde un punto de vista de liderazgo: diluye totalmente la visibilidad, reconocimiento y el simbolismo de lo que es la salud pública.

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