La enfermedad de la arteria coronaria (EAC) es un proceso patológico caracterizado por la acumulación de placa aterosclerótica,
obstructiva o no obstructiva, en las arterias epicárdicas. Este proceso
se puede modificar mediante cambios en el estilo de vida, terapias
farmacológicas u otras intervenciones para lograr la estabilización o
regresión de la enfermedad. La historia clínica del paciente anginoso
debe incluir cualquier manifestación de enfermedad cardiovascular (ECV) y
factores de riesgo: antecedentes familiares de ECV, dislipidemia,
diabetes, hipertensión, tabaquismo y otros factores de estilo de vida.
La naturaleza dinámica del proceso
de la enfermedad de la arteria coronaria, conlleva varias
presentaciones clínicas, que pueden clasificarse como síndromes coronarios agudos o crónicos.
En la angina existe isquemia miocárdica e hipoxia,
causadas por un déficit entre el aporte y la demanda de oxígeno por
parte del miocardio. Los objetivos del tratamiento antianginoso son detener la crisis cuando se presenta y reducir la frecuencia de los episodios de crisis. Existen 2 mecanismos dentro de la terapéutica farmacológica: aumentar el flujo coronario y reducir la demanda miocárdica de oxígeno.
En un antiguo metaanálisis (Heidenreich_1999),
en pacientes con angina estable, se valoraron tres fármacos
antianginosos: beta-bloqueantes (BB), bloqueantes de los canales del
calcio (BCC) y nitratos de acción prolongada y se evaluaron el número de episodios de angina por semana, el uso de nitroglicerina por semana, el tiempo total de ejercicio y el tiempo hasta el inicio de la depresión del espacio ST de 1 mm en una cinta de correr o bicicleta vertical.
Los betabloqueantes, en comparación con los bloqueantes de los canales
del calcio o los nitratos de acción prolongada, proporcionaron una
reducción equivalente en el número de episodios de angina y condujeron a
tasas similares o inferiores de eventos adversos. Se concluyó que se
requerían ensayos comparativos a más largo plazo para determinar si las
diferentes terapias podrían conferir una diferencia de mortalidad
significativa en pacientes con angina estable.
El tratamiento de los pacientes afectados por angina estable de acuerdo a la Sociedad Europea de Cardiología (SEC) en el manejo de la enfermedad arterial coronaria estable (EACE), Montalescot 2013, se basaba en la administración de fármacos clasificados de primera o de segunda línea terapéutica.
Como primera opción, se recomiendan los beta-bloqueantes o los bloqueantes de los canales de calcio,
aunque ningún ECA, hasta la fecha, ha comparado esta estrategia con
otra alternativa que use otros medicamentos antiisquémicos, o la
combinación de un BB y un BCC.
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