El consumo de antibióticos es muy elevado, y los
β-lactámicos son fármacos ampliamente prescritos, tanto en
atención primaria como en el hospital. Sus efectos adversos más
frecuentes son los gastrointestinales y, entre los más graves, se
incluyen las reacciones de hipersensibilidad, las reacciones
neurológicas son poco conocidas por los profesionales y son causa de
una morbimortalidad relevante.
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