Las infecciones recurrentes son uno de los motivos más frecuentes de consulta en niños sanos. Por ello, la sospecha diagnóstica de inmunodeficiencia primaria es complicada y difícil de establecer, especialmente en niños menores de 2 años con infecciones recurrentes que acuden a guardería. Sin embargo, resulta fundamental su diagnóstico precoz para evitar su morbimortalidad.
El término “infecciones frecuentes” es impreciso. Los niños sanos, sin patología de base, durante su primera infancia, tienen una media de 6-8 infecciones de vías respiratorias altas al año(1-3). Además, si el niño asiste a guardería, tiene hermanos pequeños o presenta algún factor predisponente, como: asma, reflujo esofágico o vesicoureteral, puede llegar hasta 10-12 infecciones anuales(1,2,4).
La mayoría de estas infecciones en niños inmunocompetentes suelen ser virales, banales y transitorias, no aislándose ninguna bacteria, y curándose sin tratamiento antibiótico(2), estando el niño asintomático entre cada una de ellas, sin afectarse el desarrollo póndero-estatural(1,5). Sin embargo, la presencia de determinados factores de riesgo, la existencia de antecedentes familiares relevantes y/o consanguinidad, la afectación de múltiples órganos, la repercusión en la curva ponderal o la ausencia de mejoría clara entre episodios, deben hacernos sospechar la presencia de un defecto inmunológico de base predisponente(2,4-7).
En niños procedentes de países de alta endemia, siempre debemos descartar la presencia de infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ante infecciones recurrentes, especialmente si se aíslan microrganismos oportunistas(6,8,9). Aunque muy infrecuente, en niños nacidos en nuestro país, debemos descartar infección VIH si el embarazo no fue controlado o en adolescentes con hábitos sexuales de riesgo. Una vez descartada la infección VIH o la presencia de enfermedades crónicas predisponentes, en niños con clínica relevante, deberemos descartar la presencia de inmunodeficiencia primaria (IDP).
Sin embargo, la orientación diagnóstica de niños con infecciones recurrentes es difícil, debido a la diversidad de infecciones y manifestaciones que pueden presentar niños con IDPs, por su baja prevalencia y la gran heterogeneidad de estas enfermedades.
A lo largo del capítulo, se expondrán los principales signos de alarma que deben hacernos sospechar alguna patología de base o factor predisponente de infección en niños con infecciones recurrentes, así como el manejo básico de estos pacientes.
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