En 2015,
Portugal fue el país de la OCDE con el mayor consumo de benzodiacepinas
(BZD). Las percepciones y las actitudes de los médicos sobre su uso son
los principales determinantes de los hábitos de prescripción de BZD.
Este estudio tuvo como objetivo caracterizar las creencias y actitudes
de los médicos portugueses con respecto a la prescripción, la dificultad
de gestión, los beneficios, riesgos y efectos de la abstinencia de las
BZD.
Se recogieron los datos a través de un cuestionario online anónimo autoadministrado. Se invitó a los médicos registrados en la Asociación Médica Portuguesa a participar a dar su opinión (utilizando una escala Likert de 5 puntos) con respecto a la prescripción de BZD, sus beneficios y riesgos en el manejo del insomnio y la ansiedad, los posibles efectos adversos del uso crónico y los enfoques alternativos no farmacológicos.
Un total de 329 médicos participaron en el estudio (56% médicos de familia; 58% mujeres). La edad media fue 44,10±15,2 años, con 19,03±14,9 años de experiencia clínica. Los médicos conocían el impacto negativo de las BZD en la función cognitiva (89%), su asociación con accidentes de tráfico (88%) y las caídas (79%). El 58% opinó que el uso crónico se justifica si el paciente se siente mejor y no experimenta efectos adversos. Aunque el 68% dijo sentirse capaz de ayudar a los pacientes a reducir o abandonar el uso de BZD, el 55% reconoció dificultades para motivarlos.
En comparación con otros especialistas médicos (en conjunto), los médicos de familia eran mucho más conscientes de los efectos adversos de las BZD y consideraron que el uso crónico puede no estar justificado. Por el contrario, más médicos de familia expresaron preocupación sobre sus habilidades para motivar a los pacientes que participan en programas de abstinencia y para apoyarlos durante el proceso.
Estos resultados muestran que el conocimiento de los médicos sobre los riesgos del uso crónico de BZD es adecuado, aunque se pueden mejorar sus actitudes y habilidades para promover el abandono del tratamiento. Son necesarias intervenciones en atención primaria para capacitar a los médicos en motivar y ayudar a los pacientes para la retirada de las BZD.
Se recogieron los datos a través de un cuestionario online anónimo autoadministrado. Se invitó a los médicos registrados en la Asociación Médica Portuguesa a participar a dar su opinión (utilizando una escala Likert de 5 puntos) con respecto a la prescripción de BZD, sus beneficios y riesgos en el manejo del insomnio y la ansiedad, los posibles efectos adversos del uso crónico y los enfoques alternativos no farmacológicos.
Un total de 329 médicos participaron en el estudio (56% médicos de familia; 58% mujeres). La edad media fue 44,10±15,2 años, con 19,03±14,9 años de experiencia clínica. Los médicos conocían el impacto negativo de las BZD en la función cognitiva (89%), su asociación con accidentes de tráfico (88%) y las caídas (79%). El 58% opinó que el uso crónico se justifica si el paciente se siente mejor y no experimenta efectos adversos. Aunque el 68% dijo sentirse capaz de ayudar a los pacientes a reducir o abandonar el uso de BZD, el 55% reconoció dificultades para motivarlos.
En comparación con otros especialistas médicos (en conjunto), los médicos de familia eran mucho más conscientes de los efectos adversos de las BZD y consideraron que el uso crónico puede no estar justificado. Por el contrario, más médicos de familia expresaron preocupación sobre sus habilidades para motivar a los pacientes que participan en programas de abstinencia y para apoyarlos durante el proceso.
Estos resultados muestran que el conocimiento de los médicos sobre los riesgos del uso crónico de BZD es adecuado, aunque se pueden mejorar sus actitudes y habilidades para promover el abandono del tratamiento. Son necesarias intervenciones en atención primaria para capacitar a los médicos en motivar y ayudar a los pacientes para la retirada de las BZD.
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