La fragilidad es un síndrome clínico que ocurre
durante el envejecimiento, que se caracteriza por una disminución de la
reserva fisiológica ante una situación de estrés y constituye un estado
de vulnerabilidad que conlleva mayor riesgo de un resultado adverso. Su
prevalencia en España es alta, especialmente en ancianos con
comorbilidad y enfermedades crónicas. En el caso de la enfermedad
cardiovascular, la fragilidad determina peores resultados clínicos, con
mayor morbimortalidad en todos los escenarios, agudos y crónicos; por lo
tanto, puede condicionar el diagnóstico y el tratamiento de los
pacientes. A pesar de todo ello, se trata de un problema que con
frecuencia no se aborda ni se incluye al planificar la atención al
paciente mayor con cardiopatía. En este trabajo se repasa la evidencia
científica disponible y se destacan las escalas más adecuadas para la
medición y la valoración de la fragilidad, algunas con mayor utilidad y
mejor capacidad predictiva según el contexto clínico en que se apliquen,
y se resalta también la importancia de evaluarla para identificar su
presencia e incluirla en el plan individualizado de tratamiento y
cuidados que mejor se adapte a cada paciente.
http://www.revespcardiol.org/es/recomendaciones-seccion-cardiologia-geriatrica-sociedad/articulo/90463406/
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