La semFYC ha publicado un documento titulado Orientación comunitaria: hacer y no hacer en Atención Primaria que recoge recomendaciones que se deben seguir "hacer" y que se deben evitar "No hacer" para
la resolución de los problemas, demandas y necesidades de la comunidad
en todos los escenarios o ámbitos de actuación de la Atención Primaria.
El primer capítulo de las recomendaciones No hacer tiene por título No medicalizar los malestares de la vida diaria.
En él se reflexiona sobre la medicalización de aspectos de la vida
cotidiana que, siendo normales, se perciben como problemas médicos. En
este proceso "…participan todos los agentes implicados en la mejora
de la salud, profesionales, pacientes, instituciones, industria
farmacéutica o de comunicación, fomentando la cultura sanitaria del
«todo, aquí y ahora» que se ampara en la fascinación por la tecnología y
la inmediatez".
"…Nuestra sociedad, a pesar de
tener un mejor nivel de salud, paradójicamente presenta un aumento de
las enfermedades y de las personas enfermas o con diagnósticos de
enfermedad. Asistimos a la generación de una dependencia de la medicina,
de su resolución tecnológica y farmacológica, que incapacita a las
personas para reafirmarse y cuidarse individual y colectivamente. Al
medicalizar aspectos de la vida cotidiana, estos pueden percibirse como
problemas médicos sin serlo, etiquetando reacciones normales ante
situaciones vitales como no saludables".
"…Dejar de medicalizar la vida
es luchar por la sostenibilidad del sistema y actuar con principios de
la bioética centrándonos en la búsqueda de soluciones positivas
individuales y colectivas para afrontar lo que ocurre en el proceso
salud-enfermedad".
"NO medicalizar los malestares de la vida diaria implica:
-
No expropiar el derecho al proceso vital de salud-enfermedad. «Desenfermar». Desarrollar estrategias capacitadoras y de coproducción, desde lo individual hacia lo colectivo.
-
No crear personas enfermas donde no las hay, no culpabilizar ni focalizar en soluciones individuales sin tener en cuenta el contexto y las condiciones de vida.
-
No dejarnos llevar por la cultura del «todo, aquí y ahora».
-
No poner etiquetas de enfermedad a acontecimientos vitales ni a falsas enfermedades. Plantearnos que los diagnósticos pueden ser algo provisional, en su ámbito, en su contexto.
-
No hacer «para poder hacer», favoreciendo espacios de atención adecuada con tiempo y recursos suficientes facilitando el abordaje intersectorial.
-
No abordar únicamente la consulta individual desde el modelo biomédico, sino de manera integral, con estructuración desmedicalizadora2, y con perspectiva biopsicosocial contextualizada y salutogénica, basándonos en las capacidades de los individuos, las familias y las comunidades.
-
No olvidar la búsqueda de activos para la salud, individuales y colectivos, y su recomendación.
-
No medicalizar la promoción de la salud.
-
No medicalizar lo social, ni socializar lo médico."
El documento completo y la bibliografía se pueden consultar aquí.
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