El burnout de médicos y enfermeras es un fenómeno preocupante y de alcance mundial con muchas encuestas que afirman que entre un tercio y la mitad
de los profesionales están afectados por ello. Admitiendo que los
factores causales son varios, en este post me quiero centrar en la
insatisfacción que en la atención primaria genera un modelo organizativo
tensionado por el control externo de las agendas y por la necesidad del
cumplimiento de objetivos desenfocados.
El Departamento de Medicina Familiar de la Universidad de Colorado, en
un entorno muy diferente al nuestro, pero con niveles de burnout
comparables, se ha ingeniado un nuevo sistema para organizarse (Awesome Patient Experience)
que fomenta el trabajo en equipo en los consultorios a base de aumentar
las competencias de los asistentes médicos, hasta entonces limitadas a
la recepción de los pacientes y al papeleo administrativo (petición de
pruebas, visitas, etc.) En el nuevo modelo, las competencias de los
asistentes médicos se han ampliado a la gestión de las agendas, el
triaje de las visitas con criterios previamente protocolizados y a
actuar, dentro del acto asistencial, en las tareas más burocráticas,
como serían escribir textos en la historia clínica, detectar
medicaciones no conciliadas, rellenar formularios o codificar
diagnósticos. En este modelo conocido como APEX, cuando el clínico acaba
con su cometido, el asistente médico continúa trabajando con el
paciente para repasar los consejos recibidos, los medicamentos a tomar
y, en general, para hacerle menos pesada la carga del tratamiento.
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