Existe
amplia evidencia sobre la prevención secundaria de fracturas por parte
de alendronato, pero se desconoce su eficacia para prevenir fracturas de
cadera en personas ancianas (80 años o más), la población con el riesgo
más alto. A partir de una base de datos nacional sueca de hombres y
mujeres sometidos a una evaluación del riesgo de caídas, se
identificaron 90.795 pacientes de 80 años o más que habían sufrido una
fractura de cadera previa. Mediante el emparejamiento por puntuación de
propensión (4 a 1) se analizaron 7.844 controles y 1.961 pacientes
tratados con alendronato.
Los grupos de casos y controles estuvieron bien equilibrados en términos de edad, sexo, medidas antropométricas y comorbilidad. El tratamiento con alendronato se asoció con un riesgo menor de fractura de cadera en los modelos multivariantes (hazard ratio 0,66; 95% IC 0,51-0,86). Alendronato también se asoció con un menor riesgo de mortalidad (HR 0,88; 95% IC 0,82-0,95) pero también con una elevación de los síntomas gastrointestinales (HR 1,58; 95% IC 1,12-2,24).
Por lo tanto, en ancianos que han sufrido una fractura de cadera previa, el tratamiento con alendronato reduce el riesgo de nueva fractura de cadera con un buen perfil de seguridad.
Los grupos de casos y controles estuvieron bien equilibrados en términos de edad, sexo, medidas antropométricas y comorbilidad. El tratamiento con alendronato se asoció con un riesgo menor de fractura de cadera en los modelos multivariantes (hazard ratio 0,66; 95% IC 0,51-0,86). Alendronato también se asoció con un menor riesgo de mortalidad (HR 0,88; 95% IC 0,82-0,95) pero también con una elevación de los síntomas gastrointestinales (HR 1,58; 95% IC 1,12-2,24).
Por lo tanto, en ancianos que han sufrido una fractura de cadera previa, el tratamiento con alendronato reduce el riesgo de nueva fractura de cadera con un buen perfil de seguridad.
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