Los pacientes con enfermedad pulmonar
obstructiva crónica que inician el tratamiento con un beta agonista de
acción prolongada (LABA) o antagonista muscarínico de acción prolongada
(LAMA) tendrían un riesgo mayor de eventos cardiovasculares en el primer
mes de inicio, según un estudio de casos y controles publicado en JAMA Internal Medicine.
El estudio de casos controles anidados, utilizó una base de datos de salud de Taiwan, que incluía 284.220 adultos con EPOC que no habían usado LAMA o LABA al inicio del estudio (media edad 71.4 años; 68.9% hombres).
El estudio de casos controles anidados, utilizó una base de datos de salud de Taiwan, que incluía 284.220 adultos con EPOC que no habían usado LAMA o LABA al inicio del estudio (media edad 71.4 años; 68.9% hombres).
Durante el seguimiento de dos años,
37.719 participantes experimentaron una enfermedad cardiovascular (ECV)
grave que requirió hospitalización o una visita al servicio de
urgencias. Estos casos se compararon con 146.139 controles sin ECV.
Los investigadores encontraron que el
nuevo uso de un LABA o LAMA se asoció con un aumento del 50% del riesgo
de ECV (LABA OR= 1.50, IC95% 1.35-1.67; p<0.01) (LAMA OR=1.52, IC95%
1.28-1.80; p<0.01). Este riesgo alcanzó su máximo alrededor de los
30 días de uso y luego disminuyó, alcanzando un nivel más bajo que el
riesgo inicial a los 71-240 días.
En el caso de nuevo uso de LABA+ LAMA en los primeros 30 días, el riesgo fue mayor (LABA+LAMA, OR=2.03, IC95% 1.42-2.91; p<0.01).
En el caso de nuevo uso de LABA+ LAMA en los primeros 30 días, el riesgo fue mayor (LABA+LAMA, OR=2.03, IC95% 1.42-2.91; p<0.01).
El NNH (número necesario para dañar)
para riesgo de ECV del nuevo uso de LABA y LAMA o LABA+LAMA fue de 406
(303-580); 391 (254-725) y 198 (107-483) respectivamente.
Los investigadores concluyen con la
recomendación a los médicos que sigan de cerca a los nuevos usuarios de
LABA o LAMA para detectar síntomas cardiovasculares.
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