Vinay Prasad y Adam Cifu a "Ending Medical Reversal. Improving outcomes. Saving lives"
afirman que para poder interpretar el sentido de los programas de
prevención secundaria del cáncer, hay que preguntarse sobre tres
objetivos: 1) deberían descubrir los cánceres antes de tiempo, 2)
deberían reducir la mortalidad específica, y 3) deberían disminuir la
mortalidad general.
Los autores dicen que lo que realmente importa es el objetivo 3, ya que
los dos primeros son puramente instrumentales. Al fin y al cabo, si una
persona sana acepta un cribaje, se supone que es porque quiere vivir
más. Desgraciadamente, los datos muestran que los programas preventivos
(cáncer de colon, próstata, mama, cuello de cérvix y pulmón) obtienen
los siguientes resultados (con pequeños matices entre ellos): a)
objetivo 1: logrado, b) objetivo 2: débil, y c) objetivo 3: no
alcanzado.
El libro recoge una evaluación de un programa de prevención de cáncer
colorrectal (30 años de seguimiento) que registró una mortalidad
específica (objetivo 2) de 1,28%, mientras que en el grupo de control la
cifra fue de 1,92% (diferencia significativa), pero en cambio cuando se
analizó la mortalidad general (objetivo 3) la comparación fue entre el
71,11% y el 71,09% (no significativa). La supervivencia de las personas
está influenciada por multitud de factores, la mayoría de ellos no
sanitarios, pero si nos ceñimos a nuestro entorno, podría ocurrir que
una política intensiva en la detección y el tratamiento precoz de los
cánceres lograra éxitos respetables en el objetivo 2, pero que, en
cambio, indujera a acortar la vida como consecuencia precisamente de la
agresividad de las terapéuticas empleadas.
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