miércoles, 13 de diciembre de 2017

Fármacos en el kilómetro 0. Erase una vez que se era…. la administración de hierro y la hepcidina.

https://farmacoskm0.wordpress.com/2017/12/13/erase-una-vez-que-se-era-la-administracion-de-hierro-y-la-hepcidina/

 1.- En la revista Lancet encontramos una publicación en la que se estudia la absorción de hierro en mujeres con ferropenia.. Son dos ensayos clínicos pequeños desarrollados en Suiza uno con 40 y otro con 20 mujeres ferropénicas sin anemia. En el primero se compara la absorción de hierro en pauta diaria versus días alternos. En el segundo la administración en dosis única matutina o repartida en dos tomas al día. Los investigadores parten de la hipótesis de que la administración diaria de hierro aumenta la hepcidina -molécula nuclear en la homeostasis del hierro- y eso dificulta la absorción de las siguientes dosis. Estamos seguros de que todos sabemos lo que es la hepcidina ;-), pero por si acaso, tenéis información en la Wikipedia y en la revista Formación Continuada en Gastroenterología y Hepatología.  Por aquello de picar la curiosidad, diremos que la molécula justifica situaciones clínicas que a nosotros nos han resultado curiosas. Los autores concluyen que la administración diaria de hierro (usaron sulfato ferroso, el de toda la vida) aumenta la hepcidina y disminuye la absorción de hierro. La administración dos veces al día no es mejor que en una sola dosis y sube la hepcidina sérica. Resulta, por lo tanto, más adecuada la administración en una sola dosis y en días alternos. Hay que ser prudentes con la generalización de los resultados porque no se incluyeron pacientes con anemia y no había hombres en el estudio.
2.- Tendemos a recordar el hierro como causante de estreñimiento pero hay pacientes que dicen: “que no, que no, que a mi el hierro me da ¡diarrea!”. Así que, prudentemente, miramos la ficha técnica del hierro sulfato y allí consta que puede producir las dos, estreñimiento y diarrea. Aprovechando un poco más la información de la ficha, llama la atención que no lo deben chupar ni masticar porque puede producir úlceras en boca y decoloración en los dientes. Las presentaciones de sulfato ferroso son de liberación retardada y, por lo tanto, no se deben tampoco triturar. En caso de no poderse tragar entero deben ser sustituídos por otras sales de hierro que admiten otras presentaciones (ampollas bebibles o sobres)  Además, el sulfato ferroso,  interacciona con  algunos antibióticos (tetraciclina y ciprofloxacino se deben separar de 1 a 3 horas de la administración de hierro), hormonas tiroideas (puede reducir la absorción de éstas) y calcio y antiácidos pueden reducir la absorción de hierro.
3.- El hierro no hay por qué administrarlo antes de desayunar. No hay por qué levantarse y tomarlo esperando después al desayuno Se puede dar 1 hora antes o 3 horas después de las comidas (según la propia ficha técnica). De hecho, en el boletín de buenas prácticas de medicamentos y productos sanitarios de los centros sociosanitarios, se recomienda darlo “a media mañana junto con el zumo (preferentemente de naranja) o la fruta”.
En definitiva, hasta los clásicos se reinterpretan con las nuevas evidencias y no está de más echar un ojo a la ficha técnica de vez en cuando.
Y colorín colorado … (por ahora) este cuento se ha acabado.

Santiago Machín y José Luis Quintana, médicos de familia. Betsabé Cáliz, farmacéutica de atención a centros sociosanitarios.

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