A los profesionales de la atención primaria y a los de la medicina de
familia en particular, nos llaman puerta de entrada. Pues yo, ¡no
quiero ser puerta!.
En las
puertas no se queda nadie. Las puertas se abren y se cierran, se
atraviesan fugazmente para llegar a un lugar mejor, a un sitio tan bueno
que está custodiado por una puerta con su cerradura y todo. Sólo se
quedan en las puertas giratorias aquellos tontos que no aciertan a salir
y se mantienen una y otra vez enredados en la nada.
Yo no soy custodia de nadie. Que cada uno custodie y defienda lo suyo
como mejor sepa y que entre todos defendamos el buen hacer de todos. Ni
soy ni quiero ser el paso necesario a un lugar donde las personas se
encuentran mejor o donde se resuelven los problemas. No soy puerta
blindada. No tengo la llave de una pesada cerradura que impiden el
acceso a una medicina cara, tecnologizada o super-especializada. No
quiero ser puerta giratoria que mantienen tontos a su alrededor para no
llegar nunca a ningún sitio.
https://medicinadefamiliaconblogpropia.wordpress.com/2014/01/27/ni-puertas-ni-guardias/amp/
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