Más del 50 por ciento de las consultas
de Atención Primaria (AP) están relacionadas con el dolor crónico no
oncológico (DCNO), un fenómeno complejo en sus diferentes vertientes,
que conlleva importantes consecuencias emocionales, sociales, laborales y
económicas para el paciente y su entorno, y multiplica por cinco la
probabilidad de utilización de los servicios sanitarios. Los médicos de
AP son, casi siempre, los primeros en diagnosticar y tratar enfermedades
que causan dolor, tanto agudo como crónico, lo que les sitúa en una
posición clave para abordar este problema, valorando las opciones
(farmacológicas y no farmacológicas) más seguras y eficaces para sus
pacientes. La evidencia disponible pone de manifiesto que una correcta
valoración biopsicosocial, un plan terapéutico integral adecuado e
individualizado y un manejo multidisciplinar contribuyen al alivio del
dolor crónico a la vez que mejoran los aspectos emocionales,
psicológicos y funcionales asociados.
Por todo esto, las tres sociedades
científicas de Medicina de Familia han elaborado el "Documento de
Consenso para la Atención al Paciente con DCNO en AP". Con esta
iniciativa, se quiere poner de manifiesto que una apuesta clara por la
AP garantizará una atención sanitaria integral que aglutine prevención,
diagnóstico correcto, tratamiento integral adecuado y rehabilitación. De
esta manera se logra la máxima calidad de vida de las personas con
dolor crónico, reduciendo la intensidad del dolor y preservando la
actividad social, laboral y familiar, y garantizando el uso correcto de
los medicamentos y otras medidas terapéuticas. En esta dirección va el
consenso para el abordaje y la atención a las personas con dolor, que
coincide con la estrategia de la cronicidad del Sistema Nacional de
Salud (SNS) y los planes integrales específicos de algunas comunidades
autónomas, como Andalucía, Cataluña, Extremadura y Galicia.
El documento de consenso concluye con
una serie de recomendaciones inspiradas en las necesidades y
expectativas, tanto de los pacientes que sufren dolor, como de los
médicos de AP que les atienden. Entre ellas destacan la promoción del
abordaje integral de las personas con DCNO desde una perspectiva
biopsicosocial; el reconocimiento del primer nivel asistencial como eje
central de la asistencia a los pacientes con dolor; el fomento de la
cultura de evaluación multidimensional del dolor crónico con escalas, y
los cuestionarios validados que también midan la afectación
psicoemocional, funcionalidad e impacto en la calidad de vida. Asimismo
se aboga por impulsar el rol del profesional enfermero dentro de los
equipos de AP, donde asuma un papel más activo en el seguimiento,
evaluación de resultados, uso de escalas y formularios, promoción del
autocuidado y restauración funcional. Los expertos también piden que se
promueva la formación, la investigación y el aumento de la capacidad de
resolución de todos los profesionales implicados en el abordaje del
DCNO, así como el uso correcto de los fármacos disponibles.
En la elaboración del texto han
participado la Dra. Juana Sánchez, coordinadora del Grupo de Dolor de la
Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), el Dr.
Alejandro Tejedor, coordinador del Grupo Nacional de Reumatología de la
Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y el Dr.
Rafael Carrascal, miembro del Grupo de Trabajo de Dolor de la Sociedad
Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), con el apoyo de
Grünenthal Pharma.
El DCNO es considerado un problema de
salud pública a nivel mundial por ser la causa más frecuente de
sufrimiento y discapacidad, y tener un impacto muy negativo en la
calidad de vida de las personas que lo padecen. A pesar de ello, se
estima que e l 80% de la población mundial con dolor moderado o intenso
tiene un acceso insuficiente al tratamiento.
En Europa, afecta a más de 80 millones
de ciudadanos y al 50% de la población anciana. El 40% de las
incapacidades laborales del continente son consecuencia del dolor
crónico, que también trae consigo 500 millones de días de enfermedad al
año. Su abordaje representa alrededor del 3% del PIB (Producto Interior
Bruto) en la Unión Europea, lo que supone un coste cercano a los 34.000
millones de euros anuales.
Se considera dolor crónico el que está
presente durante más de tres meses, de forma continuada o intermitente,
más de cinco días por semana, con intensidad moderada o alta, medido
según la escala validada adecuada a la situación clínica del paciente.
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