La gestión apropiada y oportuna de la gota es primordial debido a la alta naturaleza sintomática de la enfermedad. En la última década nuevas terapias han ampliado las opciones de reducción del urato sérico, pero no han demostrado superioridad a las previamente disponibles.
Las directrices actuales refuerzan las recomendaciones de las terapias tradicionales de la gota.
http://www.orpdl.org/durm/newsletter/osdr_articles/volume7/osdr_v7_i1.pdf
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