Una alta proporción de pacientes de alto riesgo cardiovascular no
alcanzan los objetivos terapéuticos del c-LDL. Ello se debe a un uso
inadecuado o insuficiente de los fármacos hipolipidemiantes por parte de
los facultativos, y también a una mala tolerancia o al incumplimiento
terapéutico por parte de los pacientes. Sin embargo, otra causa de esta
situación es la potencia insuficiente de los fármacos actuales para
disminuir el colesterol, incluyendo las estatinas y la ezetimiba. Entre
los nuevos agentes hipocolesteremiantes, los inhibidores de la
proproteína convertasa subtilisina/kexina tipo 9 se están mostrando como
unos agentes seguros y con una alta eficacia para disminuir el c-LDL en
los numerosos ensayos clínicos que se han realizado o están en curso, y
nos permitirán lograr el control óptimo de la hipercolesterolemia en la
gran mayoría de los pacientes. Los fármacos que inhiben la síntesis de
apolipoproteína B y los inhibidores de la proteína microsómica
transferidora son otros fármacos que aportan un nuevo potencial de
disminuir el colesterol en los pacientes con hipercolesterolemias graves
y, en particular, en la hipercolesterolemia familiar homocigótica. Por
último, los inhibidores de la proteína transferidora de esteres de
colesterol han mostrado potentes efectos sobre el c-HDL y el c-LDL, pero
su eficacia en prevención cardiovascular y su seguridad aún no han sido
probadas. En este artículo se sintetizan las principales
características de los fármacos para el tratamiento de la
hipercolesterolemia que han sido recientemente aprobados o que están en
fase avanzada de investigación.
http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0025775315000767
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