La canagliflozina puede aumentar el riesgo de fractura y reducir la densidad mineral ósea, según ha alertado la FDA y se ha añadido este riesgo en las fichas técnicas del fármaco.
Los inhibidores del cotransportador sodio-glucosa 2 (SGLT-2) o
gliflozinas (canagliflozina, dapagliflozina y empagliflozina) actúan
mediante un efecto glucosúrico. A mediados de año, varias agencias
reguladoras alertaron del riesgo de cetoacidosis en pacientes con
diabetes de tipo 2 tratados con gliflozinas (noticia 19 mayo).
Las fracturas se han observado a las 12 semanas de iniciar el
tratamiento y generalmente tras mínimos traumatismos. Además, en un
estudio de postcomercialización con más de 700 pacientes de edad
avanzada los tratados con canagliflozina presentaban una menor densidad
mineral ósea en columna lumbar y cadera que los de placebo a los 2 años.
La FDA está evaluando si otros fármacos del grupo también aumentan el
riesgo de fractura. Se ha sugerido que las gliflozinas, a causa de su
mecanismo de acción, pueden alterar la homeóstasis del calcio y el
fosfato (hipoerparatiroidismo secundario inducido por un aumento de la
reabsorción de fosfato) que podría afectar la masa ósea y el riesgo de
fractura. Se recomienda considerar el riesgo de fractura del paciente
antes de prescribir este fármaco.
En cuanto a otros hipoglucemiantes, las glitazonas pueden aumentar el
riesgo de fractura a causa de un efecto negativo sobre la
osteoblastogénesis. La metformina, en cambio, ha mostrado un efecto
neutral o potencialmente protector sobre el hueso. Los datos sobre los
hipoglucemiantes que actúan sobre el sistema hormonal de las incretinas
(análogos del GLP-1 e inhibidores de la dipeptidilpeptidasa-4) sugieren
un efecto neutral sobre el riesgo de fractura (Bone 2015; 23 abril).
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