La agitación en los pacientes con demencia es un problema frecuente y
especialmente preocupante en los centros de ancianos. En estas
«residencias» se ha incrementado la utilización de nuevos y caros
antipsicóticos, en ocasiones fuera de indicación, y el empleo de medidas
de contención mecánica, no siempre justificadas. La eficacia relativa y
los resultados adversos asociados con estos medicamentos ponen de
relieve la importancia de otros tipos de terapias no farmacológicas. Una
revisión sistemática, publicada a finales del año pasado,
analiza los ensayos clínicos controlados sobre diferentes medidas cuyo
nexo común es obviar los medicamentos. La revisión de 33 estudios
encontrados con la búsqueda exhaustiva habitual, y que cumplían los
criterios de inclusión, demostró que, lejos de la creencia generalizada,
algunas de estas intervenciones eran eficaces. Por ejemplo, acciones
sobre el personal de plantilla de estos centros, como la atención
centrada en el paciente, el entrenamiento en habilidades de comunicación
y la
Dementia Care Mapping (herramienta desarrollada a finales
de la década de 1980 y diseñada para determinar la calidad de la
atención que recibían las personas con demencia) disminuyeron la
agitación sintomática y grave. Otras intervenciones a nivel individual,
como la realización de actividades, musicoterapia e intervenciones
sensoriales diversas, también disminuyeron de forma clínicamente
significativa la agitación. Los estudios recopilados son pequeños y las
intervenciones, heterogéneas. La puesta en marcha de estas implica mucho
esfuerzo y dinero en la formación del personal. Pero, a pesar de todo,
este estudio muestra que hay estrategias no farmacológicas basadas en
las evidencias, suficientemente eficaces para aproximarse a estos
pacientes en el entorno en el que suelen acabar sus días.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25452601
Es un extracto de
http://amf-semfyc.com/web/article_ver.php?id=1415
Rafael Bravo Toledo
CS Linneo. Madrid
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