La hipertensión arterial (HTA) en el embarazo se asocia con riesgos para la madre y el feto.
Diversos autores coinciden en tratar con medicamentos a las gestantes
con hipertensión severa persistente durante el embarazo, pero no hay
acuerdo en si se las debe medicar en caso de hipertensión no severa
(< 160 / 110 mmHg). El balance entre los beneficios (riesgos
evitados) y los riesgos añadidos para la madre y el hijo con un control estricto de la presión sanguínea (que persigue una PAD de 85 mmHg) frente a un control menos estricto (que persigue una PAD de 100 mmHg)
no está claro a día de hoy. Algunos ensayos clínicos de moderada a baja
validez, por su pequeño tamaño de muestra, sugieren que el control
estricto se asocia con un beneficio para la madre (menos casos de HTA
severa y hospitalización), pero con un mayor riesgo para el feto
(crecimiento y bienestar). Los bebés de las mujeres con control estricto
pueden ser más pequeños de lo esperado y pueden sufrir más problemas de
salud, sobre todo poco después del nacimiento, pues la bajada estricta
de la PAD puede originar una disminución de la perfusión placentaria, y
ocasionar un crecimiento fetal pobre y/o trastornos metabólicos, con el
consiguiente perjuicio fetal.
Acaba de publicarse el Estudio CHIPS para orientar la toma de decisiones sobre el óptimo uso de antihipertensivos para la HTA no severa del embarazo.
Dado el interés del tema, Manuel Martínez Castaño[1] ha hecho una evaluación GRADE de ese estudio, cuyo resultado hemos puesto a disposición de los lectores en evalmed.es, pestaña FORMACIÓN, aunque puede verse directamente en: http://evalmedicamento.weebly.com/formacioacuten/control-menos-estricto-frente-a-control-estricto-de-la-hipertension-no-severa-lt-160110-mmhg-sin-proteinuria-en-el-embarazo-manuel-martinez-castano
[1] Manuel Martínez Castaño. Médico de Familia. Centro de Salud Zona Norte, Cáceres
No hay comentarios:
Publicar un comentario