La
guía clínica para el tratamiento de la diverticulitis del hemicolon
izquierdo fue dada a conocer en junio de 2020 por la American Society of
Colon and Rectal Surgeons.[1]
Evaluación inicial de la diverticulitis aguda
Para
la evaluación inicial de la diverticulitis aguda sospechada, incluir
(1) una anamnesis específica del problema, (2) exploración física y (3)
análisis de laboratorio apropiados.
La modalidad de estudio por
imágenes inicial más adecuada para evaluar la diverticulitis sospechada
es una TC abdominal y pélvica.
Si la TC está contraindicada o no está disponible, se utilizan alternativas como ecografía y resonancia magnética.
Tratamiento no quirúrgico de la diverticulitis aguda
En algunos pacientes con diagnóstico de diverticulitis no complicada, se puede iniciar el tratamiento sin antibióticos.
En otros pacientes, el tratamiento no quirúrgico de la diverticulitis puede incluir antibióticos.
El
procedimiento que se suele recomendar para pacientes estables con
abscesos de más de 3 cm es el drenaje percutáneo con control mediante
imagen.
Las intervenciones recomendadas que pueden reducir el
riesgo de que se presente diverticulitis son cese del tabaquismo,
reducción de la ingesta de carne, aumento de la actividad física y bajar
de peso.
Los agentes terapéuticos que no suelen recomendarse
para reducir el riesgo de recidiva de diverticulitis, pero que pueden
ser útiles para disminuir los síntomas crónicos, son mesalamina,
rifaximina y probióticos.
Evaluación de la recuperación tras la diverticulitis aguda
Después
que un paciente se restablece de un episodio de diverticulitis aguda
complicada, el siguiente paso es la evaluación endoscópica del colon
para confirmar el diagnóstico cuando no se ha realizado una colonoscopia
reciente.
Cirugía electiva en pacientes con diverticulitis aguda
Si
un paciente recibe un tratamiento no quirúrgico satisfactorio de un
absceso diverticular, por lo general se valora la resección electiva.
Si la diverticulitis del paciente se complica con obstrucción, fístula o estenosis, suele recomendarse la colectomía electiva.
No se recomienda basar en la presentación la decisión para la resección electiva a una edad más joven.
Se
debe individualizar en cada caso la decisión para recomendar la
colectomía electiva del sigmoide después que un paciente se recupera de
una diverticulitis aguda no complicada.
Además, también se ha de
individualizar la conveniencia de ofrecer colectomía del sigmoide tras
la recuperación de una diverticulitis aguda no complicada en pacientes
inmunodeprimidos.
Cirugía de urgencia en pacientes con diverticulitis aguda
En
pacientes con peritonitis difusa o en quienes fracasa el tratamiento no
quirúrgico de la diverticulitis aguda, se suele recomendar una
colectomía de sigmoide urgente.
Después de la resección, los
aspectos a tomar en cuenta en relación con la decisión para restablecer
la continuidad intestinal han de incluir factores relacionados con el
paciente, preferencia del cirujano y factores transoperatorios.
Lavado laparoscópico
No
se recomienda realizar lavado laparoscópico en pacientes con
peritonitis fecaloidea; por lo general en esta situación el
procedimiento recomendado es la colectomía.
La colectomía
también es preferible al lavado laparoscópico en pacientes con
peritonitis purulenta, pues son más altas las tasas de intervención
secundaria con el lavado laparoscópico que con la colectomía.
Consideraciones técnicas
Para la resección electiva, el alcance de la resección ha de incluir todo el colon sigmoide, con bordes de colon y recto sanos.
Si se cuenta con experiencia, el abordaje preferido para la colectomía en la diverticulitis es un abordaje mínimamente invasivo.
Para más información, véase Diverticulitis e Imágenes en diverticulitis del colon.
Para más guías clínicas, consulte Guías.
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