Respuesta
En una pregunta publicada en el Banco de preguntas de PREEVID en
abril de 2009, se revisaba la utilización de cefalosporinas en pacientes
alérgicos a penicilina. En la respuesta ofrecida se observaba que, en
base a la estructura betalactámica de la cadena lateral, las
cefalosporinas de primera generación tienen potencial reactividad
cruzada con las penicilinas aunque el riesgo estimado se presupone más
bajo del 10% atribuido en los estudios clásicos (incluso cercano al
0,5%). Por otra parte, la mayoría de las cefalosporinas de segunda y
tercera generación presentan con menor probabilidad reactividad cruzada
debido a las diferencias en su estructura química (se identifican como
las cefarosporinas con menor reacción cruzada cefdinir, cefuroxima,
cefpodoxima y ceftriaxona).
Respecto a la
reactividad cruzada de otros betalactámicos* (agentes antibióticos que contienen un anillo betalactámico en su estructura molecular),
incluyendo monobactam (aztreonam) y carbapenem (imipenem, meropenem y ertapenem) encontramos que
la
reactividad cruzada entre penicilinas y carbapenem es baja y es todavía
más baja entre penicilinas y aztreonam, considerandose segura, en el
sumario de evidencia revisado, la administración de este monobactam en
pacientes con historia de alergia a la penicilina.
*Se excluyen los inhibidores de la
betalactamasa (ácido clavulánico, sulbactam y tazobactam), que se
utilizan asociados a los betalactámicos de tipo penicilina (ampicilina,
amoxicilina, ticarcilina o piperacilina).
El
sumario de evidencia de Uptodate sobre la utilización de cefalosporinas, carbapenems y monobactams en pacientes con alergia a la penicilina
(1), respecto a carbapenems y monobactams indica:
- Los
carbapenems (imipenem, meropenem y ertapenem) comparten un anillo común
betalactámico con las penicilinas y, por lo tanto, la posibilidad de
reacciones alérgicas cruzadas, por lo cual la mayoría de los sistemas de
información farmacológica enumera las reacciones anafilácticas a los
antibióticos betalactámicos como una contraindicación para el uso de
carbapenems. Sin embargo, añade el sumario que en base a los datos que
aportan los estudios realizados sobre la seguridad de uso de estos
antibacterianos en pacientes alérgicos a penicilina, la reactividad
cruzada clínica entre penicilinas y carbapenems parece ser mucho menor
de lo que cabría esperar de los datos obtenidos de estudios basados
en las pruebas cutáneas. Por tanto, el manejo de los pacientes con
historia de alergia a la penicilina que requieren tratamiento con
carbapenémicos, de forma análoga a lo descrito para las cefalosporinas,
consistiría en que:
- Si la prueba cutánea de penicilina está disponible y es negativa, los pacientes pueden recibir con seguridad carbapenems.
- Si
los tests cutáneos a la penicilina son positivos, se pueden administrar
carbapenems a través de una prueba de exposición gradual o contralada
en 2 ó 3 pasos (consistiría en administrar el fármaco paulatina y
cautelosamente, comenzando con dosis 1/100 o 1/10 de la dosis total e
incrementando 10 veces la dosis administrada cada 30 o 60 minutos hasta
alcanzar la dosis terapéutica).
- Si no se dispone de tests
cutáneos, los carbapenemes también se pueden administrar siguiendo una
exposición gradual, considerando el hecho observado de que sólo el 10 al
15% de los individuos con una historia de alergia a la penicilina son
realmente alérgicos, y de ellos, más del 99% son capaces de tolerar los
carbapenems. En todo caso, también se debe estimar la posibilidad
individual de una reacción grave mediada por IgE en base a la historia
clínica y el tiempo transcurrido desde la reacción de la penicilina.
- En
cuanto a aztreonam, el único monobactam disponible clínicamente, se
comenta que tiene una estructura betalactámica monocíclica y que los
estudios in vitro y los estudios basados en pruebas cutáneas no han
mostrado reactividad inmunológica cruzada entre penicilinas y aztreonam.
Del mismo modo, la exposición controlada a aztreonam en pacientes con
tests cutáneos positivos a penicilina no revelaron reacción alguna.
Considerando estos datos, se concluye que los pacientes con historia de
alergia a la penicilina pueden recibir con seguridad aztreonam.
- Las indicaciones en relación a las cefalosporinas no presentan cambios en relación a las señaladas en la pregunta previa.
Una
revisión de la literatura publicada en 2009
(2) sobre la sensibilidad cruzada entre las penicilinas, carbapenems y monobactams, planteaba:
- Como
punto de partida, los autores observan que muchos pacientes refieren
alergia a la penicilina que no ha sido verificada por pruebas cutáneas y
que son muchos los profesionales sanitarios que evitan el uso de otros
antibióticos betalactámicos en estos pacientes por temor a la
posibilidad de reacciones alérgicas cruzadas mediadas por
inmunoglobulina-E.
- Aunque varios estudios han observado la
posibilidad de reactividad cruzada entre penicilinas y carbapenems,
estudios prospectivos más recientes han demostrado que la incidencia de
reactividad cruzada entre los tests cutáneos a penicilina y carbapenem
parece estar alrededor del 1%.
- Muchos clínicos han prescrito
libremente aztreonam en pacientes alérgicos a la penicilina, creyendo
que no había reactividad cruzada entre los dos fármacos. En este punto
se matiza que, aunque los datos apoyan la falta de reactividad cruzada
entre aztreonam y las penicilinas, la inmunología y algunos datos
clínicos apoyan una posible interacción entre ceftazidima y aztreonam debido a la similitud de sus cadenas laterales .
Como conclusiones se sugiere que:
- La práctica de evitar carbapenems en pacientes alérgicos a la penicilina debe ser reconsiderada.
- Con
respecto a los monobactámicos, debe considerarse con cautela la
administración de aztreonam en un paciente con una alergia a la
ceftazidima debido a un mayor riesgo de reacciones de hipersensibilidad
de tipo 1 asociado a la similitud en su estructura química.
- Se
ha de insistir en la importancia de obtener una historia detallada del
paciente en relación con el evento alérgico sufrido, de disponer de la
documentación apropiada y de las pruebas cutáneas a la penicilina .
Por último, comentar que también se ha localizado un
estudio de cohortes prospectivo(3)
que evaluó la reactividad cruzada y la tolerabilidad entre los
betalactámicos, pero en este caso en 98 pacientes que habían sufrido 106
reacciones inmediatas (principalmente shock anafiláctico [78,5% de las
reacciones apreciadas]) tras la exposición a cefalosporinas. En todos
los pacientes se constató la presencia de pruebas cutáneas positivas
para cefalosporinas.
Para evaluar la reactividad cruzada con las penicilinas,
monobactamas y carbapenems y la tolerabilidad de tales alternativas,
todos los sujetos se sometieron a tests cutáneos y determinaciones en
suero de IgE específicos con reactivos penicilínicos , así como a
pruebas cutáneas con aztreonam, imipenem/cilastatina y meropenem. Los
pacientes con resultados negativos en los tests cutáneos fueron
expuestos de forma controlada a meropenem , imipenem/cilastatina,
aztreonam y amoxicilina.
El análisis de los resultados mostró que 25 (25,5 %) pacientes
presentaron también pruebas alergológicas positivas a las penicilinas
(en base a los tests cutáneos y pruebas serológicas). Además, 3
pacientes tuvieron tests cutáneos positivos a aztreonam; 2 pacientes
a imipenem/cilastatina; y un paciente dió también positivo a meropenem.
Las pruebas de exposición o provocación controlada con betalactámicos
alternativos que se realizaron en los 72 pacientes con pruebas de
alergia negativas, fueron toleradas, con la excepción de una reacción
urticarial a imipenem/cilastatina.
A modo de conclusión se resume que alrededor del 25 % de los
pacientes con alergia a las cefalosporinas tuvo resultados positivos a
las penicilinas, el 3,1% a aztreonam, un 2% al imipenem/cilastatina, y
el 1 % a meropenem, extrayendo como implicación para la clínica que,
aproximadamente el 75% de los sujetos que son alérgicas a las
cefalosporinas pueden tolerar las penicilinas, y que más del 95% pueden
tolerar aztreonam, imipenem/cilastatina y meropenem.
Además, se considera que en los pacientes con alergia a los
beta-lactámicos son recomendables las pruebas cutáneas antes del
tratamiento porque obtener resultados negativos indican tolerabilidad a
beta-lactámicos alternativos.
En este estudio (de forma similar a lo que se comentaba en la
pregunta previa [ver abajo]), se identifica como predictor de
reactividad cruzada la estructura betalactámica de la cadena lateral:
después de reaccionar a una cefalosporina que comparte una cadena
lateral similar o idéntica a las penicilinas, la tasa de riesgo relativo
estimado de reaccionar de forma cruzada con al menos una penicilina fue
de 3,0 (intervalo de confianza del 95%: 1,6% a 5,5%).
Referencias (3):
-
Solensky R. Penicillin-allergic patients: Use of cephalosporins,
carbapenems, and monobactams. This topic last updated: abr 15, 2013. In:
UpToDate, Rose, BD (Ed), UpToDate, Waltham, MA, 2013. (Consultado en
www.uptodate.com)
-
Frumin J, Gallagher JC. Allergic cross-sensitivity between
penicillin, carbapenem, and monobactam antibiotics: what are the
chances? Ann Pharmacother. 2009 Feb;43(2):304-15.
[Resumen]
[Consulta: 14/11/2013]
-
Romano A, Gaeta F, Valluzzi RL, Caruso C, Rumi G, Bousquet PJ.
IgE-mediated hypersensitivity to cephalosporins: cross-reactivity and
tolerability of penicillins, monobactams, and carbapenems. J Allergy
Clin Immunol. 2010 Nov;126(5):994-9.
[Resumen]
[Consulta: 14/11/2013]