La hipertensión resistente se define como la presión arterial por encima del objetivo a pesar de la adherencia confirmada a 3 agentes antihipertensivos de primera línea o cuando la presión arterial se controla con 4 o más medicamentos en dosis máximas o máximamente toleradas. Además de reunirse estos criterios, la identificación de los pacientes con hipertensión verdaderamente resistente requiere tanto de medición precisa de la presión arterial en el consultorio, así como la exclusión de los efectos de la bata blanca a través de mediciones de la presión arterial fuera del consultorio. Pacientes con hipertensión resistente tienen un mayor riesgo de sufrir eventos cardiovasculares adversos y tienen más probabilidades de tener una causa secundaria potencialmente tratable que contribuye a su hipertensión. Eficaz El tratamiento de la hipertensión resistente incluye modificaciones continuas en el estilo de vida y colaboración con los pacientes para detectar y abordar las barreras para la adherencia óptima a la medicación. Farmacológico El tratamiento debe priorizar la optimización de los medicamentos de primera línea, una vez al día y de acción prolongada seguido de la adición gradual de agentes de segunda, tercera y cuarta línea según se tolere. Los médicos deben evaluar y abordar sistemáticamente cualquier problema secundario subyacente Causas. Un enfoque de equipo coordinado y multidisciplinario que incluye médicos con experiencia en el tratamiento de la hipertensión resistente es fundamental. Nuevas opciones de tratamiento, que incluyen terapias farmacológicas y basadas en dispositivos, han sido aprobadas recientemente, y más están en proceso; Su papel óptimo en el manejo de la hipertensión resistente es un área de investigación en curso.
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