Aproximadamente el 85% de los casos de aneurismas saculares son lesiones adquiridas dentro de la circulación anterior, caracterizados por una saliencia de la pared arterial, debido a su adelgazamiento.
Ocurren comúnmente en las bifurcaciones arteriales, como la unión de la arteria comunicante anterior con la arteria cerebral anterior, la unión de la arteria comunicante posterior con la arteria carótida interna (ACI) y la bifurcación de la arteria cerebral media.
Debido a que los aneurismas en la circulación posterior son menos comunes, es más probable que tengan peores resultados discapacidad cognitiva y muerte súbita. Los aneurismas intracraneales (AI) no rotos (AIRN) de ≤7 mm son asintomáticos y se detectan incidentalmente en las neuroimágenes, gracias a los avances en los métodos no invasivos, como la angiografía por tomografía computarizada (ATC) y la angiografía por resonancia magnética (ARM).
La hemorragia subaracnoidea (HSA) es una de las formas de presentación de los AI, en ocasión de su ruptura. La historia natural de los AINR sigue siendo poco conocida, debido a que la posibilidad de tratamiento impide que lleguen al final del ensayo. La presencia de múltiples aneurismas y de antecedentes familiares de aneurisma sugiere una base genética.
https://www.mayoclinicproceedings.org/article/S0025-6196(21)00041-0/fulltext
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