El herpes
zóster es una infección causada por el virus de la
varicela-zóster, que queda
acantonado e inactivo en el sistema nervioso,
principalmente en el área del
nervio trigémino y el ganglio espinal, pudiendo
ocasionar la inflamación de los
mismos y dar lugar a la neuralgia postherpética (NPH),
uno de los dolores más
intensos e incapacitantes. Los mejores datos de
incidencia en pacientes mayores
provienen del grupo de placebo de un gran ensayo
aleatorizado, publicado en
2005, que evaluó la vacunación contra el virus
varicela-zóster. De los 334
pacientes de 60 a 69 años de edad que desarrollaron
herpes zóster, y fueron
seguidos durante una mediana de 3,1 años, la NPH se
presentó en 23 (6,9%). En
contraste, entre 308 pacientes de 70 años o más que
desarrollaron herpes
zóster, la NPH se presentó en el 308 (18,5%).
Se han
probado diferentes tratamientos para prevenir la
inflamación que da lugar a la
NPH, como la administración epidural de corticoides y un
anestésico local; pero
en varios estudios de diferentes autores se concluye que
existe riesgo de
aracnoiditis. Por esta razón Jiaxiang Ni y col diseñaron
e implementaron un
ensayo clínico con esos principios activos, pero
utilizando la vía subcutánea.
Dado el
interés del tema y el bajo cote, Raquel Martín[1]
y Marta de Miguel[2]
han llevado a cabo una evaluación GRADE del mismo,
cuyo resultado hemos puesto
a disposición de los lectores en evalmed.es, al
que puede accederse directamente en: http://evalmedicamento.weebly. com/colaboraciones/inyeccion-s ubcutanea-de-triamcinolona-y-l idocaina-para-prevenir-la-neur algia-postherpetica-raquel- martin-marta-de-miguel
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