viernes, 15 de diciembre de 2017

Eur Heart J. Cardioteca. Novedades en el tratamiento farmacológico con fármacos antidiabéticos en pacientes con enfermedad cardiovascular.


El artículo hace un resumen y una propuesta de cómo utilizar la nuevas terapias antidiabéticas que mejoran de forma ostensible la morbimortalidad de los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 y enfermedad cardiovascular.

Después del estudio UKPDS (1998) la metformina se ha convertido en la primera línea terapéutica de los pacientes con diabetes mellitus tipo 2: no produce aumento de peso, tiene un bajo riesgo de hipoglucemia…

Posteriormente han ido apareciendo distintos grupos farmacológicos. En septiembre de 2010 la FDA prohibió el uso de la rosiglitazona porque después de su comercialización se demostró que aumentaba el número de eventos cardiovasculares. Desde entonces la FDA obliga a las compañías farmaceúticas a hacer un estudio de seguridad cardiovascular antes de aprobar el uso comercial de un nuevo antidiabético. Mostrar un efecto neutro sobre la morbimortalidad cardiovascular (inhibidores de la DPP4, fármacos muy seguros y sencillos de utilizar) parecía hasta ahora todo un éxito.

Sin embargo desde 2015 con el estudio EMPA-REG han comenzado a aparecer ensayos clínicos que muestran como algunos antidiabéticos son capaces de mejorar la morbimortalidad cardiovascular de estos pacientes (algo impensable hace solo unos pocos años). A día de hoy otros antidiabéticos liraglutide y semaglutide (este último todavía no comercializado) han demostrado que también mejoran la mortalidad cardiovascular.

Estos datos se resumen sencillamente en el artículo expuesto. En dicho documento de posicionamiento terapéutico los autores exponen que actualmente disponemos de dos grupos terapéuticos: inhibidores de SGLT2 y algunos análogos de la GLP1 que disminuyen de forma significativa la mortalidad cardiovascular de los pacientes con diabetes mellitus tipo 2. Los primeros (inhibidores de la SGLT2 o glucosúricos: por ejemplo empaglifozina) tienen un beneficio claro sobre la mortalidad por insuficiencia cardiaca y los segundos (liraglutide y semaglutide) tienen un efecto positivo sobre eventos cardiovasculares mayores. Por tanto, según el perfil del paciente los autores recomiendan añadir uno de los dos grupos terapéuticos a la metformina.




Referencias:
  1. Eur Heart J. Non-insulin antidiabetic pharmacotherapy in patients with established cardiovascular disease: a position paper of the European Society of Cardiology Working Group on Cardiovascular Pharmacotherapy.
Comentario del Dr. Pedro María Azcárate Agüero

No hay comentarios:

Publicar un comentario