La infección por Helicobacter pylori (H. pylori)
afecta a alrededor del 50% de la población mundial y desempeña un papel
fundamental en el desarrollo de diversas enfermedades digestivas como
la gastritis crónica, la úlcera péptica, el adenocarcinoma gástrico y el
linfoma MALT. La creciente resistencia de la bacteria a diversos
antibióticos en todo el mundo ha obligado a reformular los algoritmos de
tratamiento, como se ha realizado recientemente en las conferencias de
consenso de Toronto 1 y Maastricht2.
En nuestro país, se acaban de publicar las recomendaciones de la cuarta
conferencia española de consenso sobre el tratamiento de la infección
por H. pylori 3,
cuyos aspectos más relevantes se resumen a continuación. En este
consenso han participado 18 expertos, incluyendo gastroenterólogos,
microbiólogos, médicos de atención primaria y expertos en metodología
científica y medicina basada en la evidencia. Se utilizó el sistema
GRADE para clasificar la evidencia científica y la fuerza de las
recomendaciones. Las recomendaciones fueron sometidas a 2 rondas de
votaciones anónimas mediante metodología Delphi y finalmente
consensuadas en una reunión presencial.
Actualmente se recomienda que un tratamiento erradicador de H. pylori
sea considerado efectivo cuando sea capaz de curar la infección en un
porcentaje próximo o preferiblemente superior al 90%. En todos los
consensos previos se había establecido que una tasa de curación del 80%
podía ser considerada suficiente, umbral a todas luces insuficiente para
considerar como efectivo un tratamiento antibiótico dirigido a eliminar
un agente infeccioso, y menos aun cuando actualmente se dispone de
tratamientos altamente eficaces.
La elección del tratamiento de primera línea en cada medio dependerá primordialmente de la tasa de resistencia de H. pylori
a los antibióticos prescritos. Todas las guías de práctica clínica
actuales desaconsejan el empleo de la terapia triple clásica (inhibidor
de la bomba de protones [IBP], claritromicina y amoxicilina) cuando la
tasa de resistencia a claritromicina es mayor del 15%, dado que por
encima de este umbral la eficacia de la terapia triple es
inaceptablemente baja. Es preciso recordar que la eficacia media de la
terapia triple en nuestro país fue de tan solo el 80% y el 70% en 2
revisiones sistemáticas publicadas en 2011 y 2013 4 and 5, probablemente motivado por el progresivo incremento de la resistencia a claritromicina en España: hasta el 14% en 20096 y el 18% en una revisión actualizada en 20135.
En conjunto, toda esta evidencia apunta a la necesidad de abandonar la
terapia triple como tratamiento de primera línea en España.
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