En el blog Slow Medicine de Medpage today Pieter Cohen y cols analizan un estudio recientemente publicado en la revista JAMA en
el que se concluye que “La urgencia hipertensiva es común, pero la tasa
de eventos cardiovasculares adversos mayores en pacientes
asintomáticos es muy baja. Las visitas al servicio de urgencias del
hospital se asociaron con más hospitalizaciones, pero no mejoraron los
resultados. La mayoría de los pacientes todavía tenían hipertensión
descontrolada 6 meses más tarde.
Existen dos tipos de crisis hipertensiva y el criterio para clasificarlas es el daño a órgano diana:
Urgencia hipertensiva: El ascenso de la PA (más de 180 de sistólica o más de 120 de diastólica) no se acompaña de lesión aguda sobre órgano diana. El paciente puede estar asintomático o con síntomas inespecíficos (cefalea, mareo, ansiedad, etc) que en ningún caso pueden comprometer su vida de forma inmediata. Requiere el descenso de las cifras de presión arterial en las próximas 24-48 horas. Su tratamiento será oral y no suelen precisar asistencia hospitalaria. No es conveniente reducir las cifras de PA demasiado rápido, pues podría producir hipoperfusión en órganos diana. Las situaciones más habituales son la crisis asintomática idiopática, la HTA acelerada-maligna no complicada, HTA pre y postoperatoria y el abandono terapéutico.
Urgencia hipertensiva: El ascenso de la PA (más de 180 de sistólica o más de 120 de diastólica) no se acompaña de lesión aguda sobre órgano diana. El paciente puede estar asintomático o con síntomas inespecíficos (cefalea, mareo, ansiedad, etc) que en ningún caso pueden comprometer su vida de forma inmediata. Requiere el descenso de las cifras de presión arterial en las próximas 24-48 horas. Su tratamiento será oral y no suelen precisar asistencia hospitalaria. No es conveniente reducir las cifras de PA demasiado rápido, pues podría producir hipoperfusión en órganos diana. Las situaciones más habituales son la crisis asintomática idiopática, la HTA acelerada-maligna no complicada, HTA pre y postoperatoria y el abandono terapéutico.
Emergencia hipertensiva:
La elevación de la PA se asocia a lesión aguda de órganos diana que
puede comprometer la vida del paciente de forma inminente. Requiere un
descenso rápido de las cifras de PA (minutos-horas) con tratamiento
específico preferentemente por vía parenteral precisando ingreso
hospitalario (en planta o en UCI). Las formas clínicas de presentación más habituales son: el dolor torácico (27%), disnea (22%) y déficit neurológico (21%). La mayoría de sujetos que presentan una emergencia hipertensiva son hipertensos conocidos con tratamiento antihipertensivo.
Entre otros términos asociados encontramos:
Hipertensión maligna: Es otro término frecuentemente encontrado, se define como un síndrome caracterizado por elevación de la presión arterial acompañada de encefalopatía o nefropatía. El término ha sido removido de los lineamientos del National and International Blood Presure Control y se prefiere el término emergencia hipertensiva.
Hipertensión maligna: Es otro término frecuentemente encontrado, se define como un síndrome caracterizado por elevación de la presión arterial acompañada de encefalopatía o nefropatía. El término ha sido removido de los lineamientos del National and International Blood Presure Control y se prefiere el término emergencia hipertensiva.
Crisis hipertensiva falsa:
Las falsas crisis hipertensivas consisten en cifras elevadas de TA que
aparecen en distintas patologías, sin que la HTA determine la progresión
del daño. Son fenómenos secundarios a la patología clínica inicial. En
estos casos el tratamiento debe orientarse hacia la enfermedad original,
ya que las cifras de TA se normalizarán una vez solucionada la causa.
https://clinicarazonable.wordpress.com/
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