Puntos clave
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• Los anticoagulantes orales de acción directa (ACOD) son una
alternativa a los antivitamina K (aVK), acenocumarol y warfarina, en
determinadas situaciones: antecedentes o riesgo de hemorragia
intracraneal, contraindicación específica a aVK, mal control con aVK.
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• Los ACOD presentan ventajas, como dosis fijas, ausencia de
interacciones con dieta y menos con fármacos, inicio y cese rápido del
efecto anticoagulante y, sobre todo, no necesidad de controles
analíticos frecuentes.
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• En los pacientes con prótesis valvulares cardíacas, los ACOD
están contraindicados, y en los pacientes con enfermedad tromboembólica
venosa no están financiados.
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• Se debe verificar la función renal antes de indicar los ACOD, y después anualmente.
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• La elección del ACOD se basará sobre todo en las propiedades farmacológicas de cada uno y los datos de eficacia y seguridad.
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• Durante el tratamiento con ACOD es necesario considerar también las interacciones farmacológicas.
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• Los estudios en población real y la experiencia clínica parecen
confirmar los resultados de los ensayos clínicos de los ACOD, aunque en
pacientes mayores de 75 años y con mucha comorbilidad podría haber más
complicaciones hemorrágicas (excepto las intracraneales) con ACOD.
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• En los pacientes anticoagulados con dicumarínicos por
fibrilación auricular no valvular con CHADS2 ≥ 2 debemos valorar
periódicamente el grado de control (últimos 6 meses), y plantear el
cambio a ACOD si la mitad o más de los controles están fuera de rango.
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• Si el mal control es causado por falta de cumplimiento y
adherencia, los ACOD no estarán indicados, ya que también se pueden
disminuir la eficacia y seguridad y no se puede verificar la adherencia
con el índice internacional normalizado (INR) ni con otras pruebas.
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• La dificultad para realizar el seguimiento de INR por parte de
los pacientes debe considerarse también un factor para valorar el cambio
a ACOD.
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