martes, 27 de septiembre de 2016

DICAF. Impacto del consumo agudo de bebidas energéticas sobre los parámetros de presión.

Ann Pharmacother 2016 ; 50(10): 808-815
El consumo agudo de este tipo de bebidas ricas en cafeína aumenta significativamente los valores de presión arterial en un rango aceptable para un consumo ocasional, pero con significancia clínica si existe hipertensión de base.
Las bebidas energéticas se distinguen de las bebidas deportivas y nutracéuticas en que presentan cafeína, conjuntamente con otros ingredientes como la taurina, vitaminas del grupo B, o el ginseng que suponen presuntamente una mejora de la gestión energética. Estos productos presentes en el mercado desde hace décadas prometen mejoras en el estado de alerta, la resistencia aeróbica y anaeróbica, la concentración, la memoria y el tiempo de reacción, y en un país como los estados unidos representan el 63% de la cuota de mercado entre las bebidas no alcohólicas, con unos beneficios estimados para la industria de miles de millones de dólares (5.4 mil millones en 2006). La mayoría de estos productos son consumidos por adultos jóvenes de entre 18 y 34 años, pero el algunas encuestas indican que el 46% de los menores de 19 años también admiten haberlas probado.
Diferentes estudios han evaluado los efectos que sobre la presión arterial puede tener el consumo de este tipo de bebidas, pero a pesar de que la evidencia parece sugerir unos resultados de aumento de la presión arterial, la magnitud real del riesgo que esto puede suponer sigue siendo controvertida y el impacto de su uso agudo y crónico sigue siendo desconocido. Lo que se sí se sabe es que en los EE.UU, según un informe de los servicios de abusos de sustancias y de salud mental, el número de visitas a las salas de emergencia relacionadas con las bebidas energéticas aumentó de 1.128 a 13.114 entre 2005 y 2009; por otra parte existe constancia de al menos 34 muertes relacionadas con el consumo de este tipo de bebidas.
Con el objetivo de evaluar los efectos del consumo agudo de bebida energética sobre los principales indicadores hemodinámicos, como son la presión arterial sistólica y diastólica (PAS y PAD) y la frecuencia cardíaca (FC), investigadores localizaron y seleccionaron estudios clínicos prospectivos disponibles que hubiesen evaluado los efectos de las bebidas energéticas presentes en el mercado sobre los parámetros de interés. De los 361 estudios identificados, se tomaron en cuenta únicamente 15 que cumplieron con los criterios de inclusión definidos. De forma global, se pudieron analizar datos de PAS, PAD y FC para 340, 322, y 340 individuos respectivamente.
Los resultados del metaanálisis sugieren que las bebidas energéticas aumentan significativamente la PAS y la PAD postconsumo, siendo probablemente el componente de cafeína responsable de parte de los cambios hemodinámicos observados, con un efecto dependiente de la dosis, ya que la elevación de la PAS fue de menos de 4mm Hg cuando la cafeína consumida era inferior a 200mg y de más de 6mm Hg cuando el consumo de cafeína se encontraba por encima de estos 200mg. Otros ingredientes distintos de la cafeína también pueden contribuir a causar los cambios hemodinámicos, pues se sabe por ejemplo que el guaraná presenta una potente concentración de cafeína adicional. La presencia de taurina, por su parte, con un conocido efecto hipotensor en pacientes hipertensos, o de ginseg, que en algunos estudios ha evidenciado también efecto hipotensor en las horas posteriores al consumo, puede ayudar a truncar las elevaciones de presión sanguínea potenciadas por cualquiera de los otros constituyentes estimulantes presentes en las bebidas energéticas. Los valores de FC no cambiaron significativamente en el análisis global.
Aunque estos resultados no son alarmantes para un individuo sano en una situación aguda como la analizada, si podrían llegar a serlo si las elevaciones de la PA se mantienen de forma continuada; por otro lado el grado de alteración de la hemodinámica identificado sí puede ser clínicamente significativo en los pacientes con hipertensión.
Los autores puntualizan que estos resultados deben ser extrapolados los productos energéticos disponibles en el mercado en su conjunto y no a un producto en particular, y que las implicaciones de sus hallazgos se limitan a una situación de consumo agudo, por lo que las consecuencias sobre la hemodinámica de un consumo a largo plazo sigue siendo desconocido, quedando también fuera del alcance de este trabajo los posibles efectos que puedan derivarse de la combinación de este tipo de productos con las bebidas alcohólicas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario