lunes, 9 de noviembre de 2015

Asociación entre uso Off-Label de fármacos y eventos adversos de los medicamentos en la población adulta. DICAF.

JAMA Intern Med. 2015; doi: 10.1001 / jamainternmed.2015.6058
El uso de medicamentos fuera de indicación, y sobre todo sin que exista una fuerte una fuerte evidencia científica que lo justifique es un factor de riesgo de aparición de efectos adversos asociados al tratamiento.
La práctica de prescripción de medicamentos para usos distintos a aquellos para los que han recibido aprobación por parte de las autoridades regulatorias sanitarias, también conocida como uso fuera de etiqueta o uso "off-label", es un práctica comúnmente aceptada, especialmente en el tratamiento de enfermedades raras para las que existen pocas, o incluso en ocasiones nulas, opciones de tratamiento, y también en aquellas que implican a colectivos de pacientes con pocas probabilidades de ser incluidos en los ensayos clínicos a los que son sometidos los medicamentos durante su proceso de aprobación, como es común que ocurra entre los pacientes pediátricos. Precisamente en este último grupo poblacional, el de los menores, es en el que se han centrado la gran mayoría de los estudios que han analizado el uso de medicamentos fuera de etiqueta, sin que existan trabajos que hayan abordado esta cuestión de forma sistemática en relación al paciente adulto.
Una investigación realizada en Canadá para evaluar el uso no aprobado de medicamentos prescritos y su resultado sobre los afectos adversos de los medicamentos, analizó registros de 46.021 pacientes que recibieron 151.305 recetas en centros de Atención Primaria de la provincia de Quebec. Los autores analizaron el uso de medicamentos recetados fuera de la etiqueta con y sin una fuerte evidencia científica que diera respaldo a esta utilización. En la cohorte estudiada, se identificaron 3.484 situaciones de eventos adversos, hallándose que la tasa de efectos adversos fue mayor en su utilización off-label que cuando fueron usados para las indicaciones aprobadas, con las tasas más altas correspondientes a los casos en los que se echó en falta una fuerte evidencia científica que justificara la opción terapéutica. También se encontró que el uso fuera de etiqueta pero con fuerte nivel de evidencia científica de respaldo tuvo casi el mismo riesgo de eventos adversos que su uso para las indicaciones oficiales. Los eventos adversos más frecuentemente observados fueron los que guardaban relación con el tracto gastrointestinal, y los sistemas músculo-esquelético nervioso y respiratorio. El riesgo de respuestas no deseadas asociadas a la medicación mostró una marcada tendencia al aumento en función del número de medicamentos consumidos por un mismo paciente: los pacientes que utilizaron ocho o más fármacos presentaron un riesgo cinco veces mayor de efectos adversos en comparación con los pacientes que sólo utilizaban uno o dos tipos de medicamentos. Los riesgos de efectos adversos también fueron mayores para los fármacos aprobados durante el periodo 1981-1995 y para los utilizados por mujeres.
Según los autores, estos datos pueden ayudar al colectivo médico a reconocer la magnitud del problema y a ser partícipes de la promoción de una prescripción prudente de medicamentos para usos no aprobados que carezcan de evidencias científicas sólidas. También ponen énfasis en que los registros de salud futuros deben contar con un diseño que permita la vigilancia post comercialización de las indicaciones para las que se ha realizado la prescripción y sus resultados, de manera que pueda existir un control de la seguridad de los usos, tanto dentro como fuera de indicación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario